—Si lo piensas bien— Namjoon se sentía lleno, pero aceptó comer el último pedazo que Fallon le ofreció— no está mal tener este tipo de citas, de hecho, se siente muy lindo.
Namjoon tocó su estómago, se había acostado en el regazo de su cita a petición de esta cuando expresó que su espalda dolía un poco por el agotamiento.
Una excusa para acariciarle el cabello con lo que ella llamaba disimulo, como si Namjoon no se hubiese percatado desde el principio, no le molestaba, por supuesto, él seguía de inquieto jugando con su única mano libre mientras continuaban con una conversación que parecía no tener fin.
—Es que no tenemos muchas opciones porque en la mayoría de citas, pueden vernos y hacer que todos firmen un acuerdo de confidencialidad es un poco imposible.
La escuchó reír, abrió los ojos.
—¿Solo un poco?
—Vale, es directamente imposible.
—Si, pero lo que quiero decir es que a mí me gusta mucho estar así contigo—confesaba en voz muy baja— son pocas las parejas que disfrutan de planes así, dónde solo se está con la compañía del otro, con tanta paz y hablando cómodamente.
—Estoy de acuerdo. Yo disfruto este panorama.
—Ya hicimos algo que a mí me gusta— refiriéndose a cenar comida italiana como primera cita— ahora, para nuestra siguiente salida formal... podemos hacer algo que tú quieras—sonrió, dispuesta—¿Qué te parece si vamos juntos a un museo? Alguna exposición que quieras apreciar... si los medios o las personas nos notan... podemos decir que fuimos en calidad de amigos.
—Eso me encantaría, pero entonces no podré tomarte la mano.
Fallon se colocó el gorro del abrigo, jaló del cierre y escondió su vergüenza, Namjoon era tan dulce sin darse cuenta y luego solo se burlaba de Fallon por esconderse de él.
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—¿Uh? Me gusta la entrada, es bonita.
—¿Eso crees? Ah, llevo años esforzándome para que todo se vea agradable y de mi gusto— Fallon cubrió su boca, riéndose—Kyun decía que parecía el hogar de un hippie, pero ya mejoró bastante su aspecto.
¿Era muy rápido para llevarlo a su casa a descansar? Sí.
¿A Fallon le importaba? No. Sinceramente no le importaba ni un poco.
—Me agrada, se siente cálido.
—Gracias— señaló la cocina—¿Quieres tomar algo antes de dormir?
—No, está bien, me encuentro bien así.
Por alguna razón, casi le ofreció una lata de cerveza solo porque a ella se le antojó una. Rascó su mentón.
Se acercó a la cocina, abrió la nevera y le enseñó la lata, él parpadeó, sonriendo entre sorprendido y divertido.
—No creas que busco embriagarte, solo, es casi la una... me acordé que tengo estas y... solo una.
—Ah... creo que nos ayudará a dormir más rápido.
—¿Verdad que sí?— le entregó la lata y tomó otra para ella— Y aún tenemos unas horas para descansar antes de ir a la empresa.
—Claro, tenemos tiempo.
Se situaron en la sala, la bicicleta de Namjoon se había quedado en la entrada y ya pensarían luego en cómo la llevaría de regreso a su casa.
—¿Música?
—Los vecinos podrían quejarse— había olvidado la existencia de estos—veo libretas y lápices en todas partes...
Asintió.
—A veces tengo ideas para canciones y necesito tener a la mano donde anotarlas— tomó la libreta sobre la mesa de centro— tengo varias, la mayoría no las uso de inmediato o las olvido porque son tontas y sin sentido.
—¿Puedo?— asintió, dejándolo leer— No son tontas, solo, debes darles estructura. Tienes material para unos...— observó a su alrededor— seis álbumes.
—¿Es lo mismo para tí? El anotar las ideas.
—Si, de hecho sí, desde siempre. Cuando no tengo libreta a la mano, uso las notas del celular o cualquier cosa que me sirva— bebió— esta es buena.
Otra hora hablando.
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