—Estamos en una calle recta, no hay curvas, subidas o bajadas— negó— míralo de esta manera, si no pedaleas, vas a caerte al suelo y terminarás lastimada.
—Ok, ok. Lo haré ahora.
Le pidió no ir demasiado rápido, Namjoon la sostenía con una mano de la cintura y la otra en el manubrio, le dio un pequeño impulso, Fallon comenzó a pedalear, sus brazos estaban muy tensos por el miedo, pero comenzó bien, lento, pero bien.
Él daba pasos largos siguiéndola, cuidando que no se cayera y admirando su concentración, tambaleó un poco, pero logró mantener el equilibrio.
—¡Lo haces bien!
Pero Fallon estaba aterrada, le dolían los brazos por lo tensa que estaba y sentía a Namjoon demasiado lejos, ojalá pudiese ir más lento, pero no se podía, si lo intentaba, caería.
Tuvo que haber aceptado aprender cuando su padre quiso enseñarle, pero no, ella era terca y creía que de nada le serviría saber algo tan simple como usar la bicicleta. Cómo se arrepentía.
Se distrajo con ese pensamiento y no escuchó a Namjoon llamarla varias veces a gritos, se asustó, había acelerado e intentando frenar, lo hizo en secó y cayó de lado al suelo.
No se lastimó nada, pero se quedó allí, viendo al cielo y riéndose de ella misma. Minutos después Namjoon la levantó de un tirón, preocupado.
—Lo siento— seguía sin aire, riéndose, se sostuvo de sus hombros— me quedé pensando en otras cosas y me desconcentré.
—Me has dado un susto— los pies de Fallon no tocaban el suelo, Namjoon estaba cargandola— te has hecho un recorrido largo, estamos en una calle sin mucha luz, tienes que tener más cuidado...
Seguía hablando, su cubrebocas estaba solo cubriendo parte de sus labios, lo bajó hasta su mentón y Namjoon se quedó mudo.
—Perdóname por preocuparte.
No evadió su mirada, solo asintió.
—Está bien.
Fallon bajó su propio cubrebocas.
—Y lamento que tu bici esté en el suelo por mi culpa.
Namjoon sonrió, sus hoyuelos haciendo presencia.
—Está bien, no te preocupes.
Los pies de Fallon volvieron a tocar el suelo. Habían estado cerca de dos horas intentando que ella perdiese el miedo y ahora, lo había logrado, de paso, construyeron una tensión entre ambos, Fallon pensaba en que no habían estado así de cerca antes y que por eso tener el rostro de Namjoon a centímetros de un dígito cerca al suyo causó estragos en ella. Era natural, ni siquiera se habían dado un beso todavía.
Porque ambos eran lentos y solo fluían de forma tranquila, como el viento de todos los días. Al menos así lo pensaba Namjoon, que en ese momento sintió la agresividad en el mencionado viento, como una ráfaga imparable que chocó con su espalda como si quisiera empujarlo a sellar un pacto con Fallon.
—Nam...
—Deberíamos volver.
Pero no podía, no ahí. Uno de sus miedos desde que tiene a Fallon, era el de besarla y obsesionarse, porque imaginaba que pasaría, que al cruzar el límite de lo romántico y alcanzar el físico terminaría matándolo, haciendo de él un insaciable atrevido cuando ya tenía suficiente con ser un pobre torpe enamorado.
—¿Volver? Apenas son poco más de las nueve.
—La luz no es la más adecuada para aprender a usar la bicicleta y ya lo has logrado— remojó sus labios con la lengua, viéndola— ahora solo es cuestión de mucha práctica, podemos intentar venir otro día cuando el sol no haya terminado de esconderse.
Fallon terminó aceptando, un poco mal, pensando que lo había incomodado, no era su intensión, entendía que eran una pareja muy reciente, sin embargo un beso no era algo de mucha espera.
—Bueno, vamos.
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