—Sé que te decía que agradecía que hubieras dado el primer paso porque yo no podría— se movió igual, acercándose, carraspeó— te pregunté si tenías manera de comunicarte conmigo, un celular o algo y si era así, quería saberlo para llamarte en la noche, te dije que pensaba que eras hermosa y me disculpé porque si quería salir contigo pero que tal vez se complicaría por mi agenda y que tendría que ser en secreto, no nos veríamos tan seguido.
—Está bien... yo lo entendía. Y si tenía un celular, demasiado escondido, ni siquiera las miembros sabían que lo tenía.
—Otra cosa que recuerdo es que definitivamente mi carta no era tan bonita y colorida como la tuya.
—Mi letra era horrible.
—No lo era. También te decía que quería intentarlo, estaba dispuesto a sacrificar mis tres horas libres de la semana para invitarte a hacer cualquier cosa juntos— relamió sus labios—tenía muchos planes, quería hacerlo bien y seguir gustandote porque no me había pasado por la mente que pensaras en mí de esa manera.
Fallon se acercó otro poco.
—Siempre pensaba mucho en tí, deseaba verte en los pasillos, al menos unos segundos— rió, escondiéndose detrás de sus manos— ah, yo era tan boba, murmuraba a las demás cosas como... él es muy lindo, me llamaban tonta. Si era un poco tonta.
—Claro que no. Yo le decía lo mismo a Yoongi, a veces, se me escapaba, pero él era más despistado.
Sonrió, imaginándolo como una escena linda y graciosa de presenciar.
—¿Recuerdas otra cosa?
—No, solo hacía mucho énfasis en qué me encantaría salir contigo. No era tan bueno expresándome, tampoco era bueno con las confesiones, no lo hacía seguido.— arrugó la nariz— Soy demasiado simple, lo siento.
—No te disculpes.
El viento sopló un poco agresivo, lo suficiente para que algunas hojas se desprendieran de las ramas y cayeran sobre ambos, no demasiadas, pero tampoco pocas.
—Ya empieza a hacer frío.
—Oh, usa esto, traes camiseta— comenzó quitándose el hoodie enorme, debajo de ese, traía otro— uso mucho perfume, lo siento si es muy dulce.
Fallon se arrodilló, casi comenzó a vestirlo en contra de su voluntad, Namjoon tuvo que acceder y gracias al cielo, no le quedó tan pequeño.
—Gracias— reía por la mirada confundida— ¿Qué?
—Nada, es que... hace un segundo era enorme y de repente ya no lo es tanto.
—Bueno, sucede que soy un poco más grande que tú. Perspectiva.
—Si... pero te queda bien y es cálido— regresó a sentarse, ahora sí destruyendo toda la distancia pues sus codos se rozaban cada tanto— interrumpí tu cena con los demás.
—No, está bien, ya casi había terminado— recordó entonces lo tarde que era— deberíamos irnos a casa, hace frío, es muy noche, no sé si vives cerca.
Asintió.
—Vivo a diez minutos de aquí a pie, no te preocupes. Pero tienes razón, es momento de irnos.
Tardaron cinco minutos en levantarse porque ninguno quería irse, el momento y la compañía estaban siendo tan agradables, que era deprimente solo romperlo sin más.
—Puedo llevarte y los diez minutos serán cinco— ofreció.
—¿Y si soy muy pesada?— sacudió la cabeza—No creo, si quiero ¿puedo ir atrás? nunca me he subido a una bicicleta.
Namjoon creyó que eso era muy raro.
—¿Entonces no sabes usar una?
—No, no tengo idea. Mi manager dice que es lo más sencillo del mundo.
Comenzaron a caminar.
—¿Y cómo es que conduces un auto si no sabes conducir una bicicleta?
—No lo conduzco, no tengo licencia. Mi representante me lleva a todos mis compromisos y cuando es algo personal, uso un taxi o recuerdo que tengo un chófer.
—Eso sí que no me lo esperaba para nada—llegaron, Namjoon subió y se mantuvo quieto, algo tenso— tienes que sostenerte de mis hombros y listo, avísame y nos vamos.
La risilla emocionada de Fallon casi lo hizo perder el equilibrio por un instante.
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