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Los días habían transcurrido con normalidad, y como era de esperarse el dichoso día donde el señor Ling se presentaría con el conocido de su amigo, había llegado.

Como era de esperarse todo fluyó con normalidad, una vez que había llegado a la vivienda de el susodicho se presentó el señor Ling y a su vez también lo hizo el hombre. El señor que se encontraba ya enfrente del señor Ling se presentó como Xu Chen, era de notar que estaba entre los 45 y 50 años, ha simple vista se veía como alguien agradable, bastante alegre, educado, firme; el señor Ling fue directo al grano, sin darle muchas vueltas al asunto, le preguntó si estaba interesado en casar a alguno de sus hijos con su hija, a lo que él señor Xu respondió con un no.

-Acabo de comprometer no hace mucho a mi hijo más joven, y... bueno mi otro hijo no sé si este en condiciones para casarse otra vez- El tono de voz del señor Xu al pronunciar lo último se notaba dudoso.

-Entiendo, de cualquier forma muchas gracias por regalarme un poco de su tiempo - El Señor Ling estaba por dar un paso atrás y comenzar a despedirse del hombre, pero fue interrumpido por este.

-Tal vez este interesado, pero no le prometo nada - El señor Ling estaba algo confundido ya que el hombre ya había dejado en claro que su hijo ya estaba casado, él señor Ling pensó que seguramente él hombre había confundido las cosas y pensaba que su hija podía servir como concubina para su hijo.

-La cuestión es qué... Mi hijo acaba de enviudar no hace mucho tiempo, y desconozco si ya este listo para volver a casarse - Dijo el señor Xu.

-Lamento mucho su perdida señor Xu... - era una lamentable noticia pero de ser el caso en el que el hijo del señor Xu estuviese dispuesto a casarse otra vez, sería lo mejor que le podría haber pasado a el señor Ling en muchos años.

-Hábleme sobre su hija, si es lo suficientemente buena tal vez le interese a mi hijo conocerla - por otra parte en ese mismo instante antes de que finalizará el hombre sus palabras, el señor Ling se puso a pensar en todas las buenas cualidades que podría tener Shui... Era hermosa, servicial, educada y callada, aún así con esos puntos a favor, internamente pensó en agregar más.

Cuando fue su momento de hablar, el señor Ling resalto los ya mencionados puntos buenos de Shui, pero le dio más importancia a su belleza, siendo ciertamente específico en ese aspecto.
Y no olvidó agregar algunas cualidades que claramente su pobre hija no tenía.

Al señor Xu le parecía encantadora la descripción de Shui y estaba seguro de que ha su hijo le gustaría. Después de ello no sucedió mucho, hablaron un poco más y él señor Ling procedió a retirarse.

Tenía esperanza en que las cosas fluyeran a su favor. El destino ya había sido lo suficientemente cruel con él dándole tres hijas, y por ello en definitiva esto tendría que salir como el deseaba.

[...]

Una auténtica sonrisa reposaba en el rostro de él emperador Qin Shi Huang que se encontraba sentado en su sala que se podría considerar como su oficina, se podía notar que había amanecido de muy buen humor. ¿La razón? La razón tenía nombre, y era Ling Shui.

La alegría que esa mujer le evocaba le duraba por días enteros, hacia mucho tiempo atrás que alguien lo hacía sentir así de bien.

-Su Excelencia, es un completo regocijo verle así de alegre! - Dijo uno de los miembros de su consejo que se encontraba a una distancia lo suficientemente lejos de él como para poder mirar su sonrisa, cuando estaba por finalizar sus palabras le dedico una reverencia, mostrándole el respeto que le tenía para luego seguir con sus palabras. -Por la noche gusta que algunas de sus concubinas le hagan compañía? -.

-Tal vez- Ya había pasado algo de tiempo desde que había satisfacido sus deseos carnales y deseaba poder sentir algo de placer, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento, había otra cosa que lo mantenía pensando.

-Necesito que consigas... - No finalizó sus palabras aún no tenía claro lo que quería, la cuestión era que quería obsequiarle un bonito presente ha Shui... Pero aun no sabía que darle, era casi un hecho de que sería una bella joya, pero cual sería?, un brazalete?, un prendedor?, un lindo collar o colgante?, aretes?, no tenía ni la menor idea de que obsequiarle, Shui le había dicho en alguna ocasión que le gustaban las cosas que brillaban así que era ya un hecho que su regalo tendría que brillar.

"¿Has visto lo hermosas que son las flores de durazno?" dichas palabras que Shui le había comentado semanas atrás volvieron a el de golpe.

-Horquillas! Quiero que me traigas un par de ellas - Dijo enérgicamente el emperador, era el regalo perfecto para Shui -Específicamente, que sean de oro y con tocados de flores de durazno.- ahora la cuestión era si la mujer las aceptaría, conociéndola lo más probable era que las rechazara de primera instancia, ya podía imaginar lo que diría al ver el regalo... "No puedo aceptarlo, es demasiado caro" aun así estaba decidido a darle un hermoso presente.

-Lo que ordene su majestad- dijo el hombre para luego hacer una reverencia y retirarse del salón.

La tranquilidad absoluta se apoderó del emperador, su mayor preocupación de ese día ya estaba resuelta.

Y a su vez Shui se encontraba dándose un baño, estar sumergida en agua tibia realmente le daba paz y serenidad, no se imaginaba que el horror encarnado iría de visita a su casa ese día.

La puerta de su casa había sido tocada un par de veces, la señora Ling salió para ver de quien se trataba. Para su sorpresa era su segunda hija, Tei.

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Pido perdón por no haber actualizado en un par de semanas :c tuve un bloqueo creativo :'c

Bueno, espero que les guste este capítulo, me retiro :>

Cuídense mucho y tomen agüita :>

𝓣𝓸𝓰𝓮𝓽𝓱𝓮𝓻 𝓾𝓷𝓽𝓲𝓵 𝓽𝓱𝓮 𝓫𝓲𝓽𝓽𝓮𝓻 𝓮𝓷𝓭 ♡𝓠𝓲𝓷 𝓢𝓱𝓲 𝓗𝓾𝓪𝓷𝓰Where stories live. Discover now