~❤️ 17~

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Para Qin la respuesta era más que obvia, la felicidad no se le desvanecía del rostro. La besó tiernamente, la tomo en brazos y se levantó con ella.

-¿Hay algo que quieras llevarte?

-¿A qué te refieres? - pregunto confundida.

Qin río un poco, al parecer su amada no entendía que estaba por llevársela a su palacio, el que ahora sería su nuevo hogar.

-¿Nos iremos a mi palacio - pauso sus palabras para acercar su rostro al de ella y continuar su hablar entre susurros -Podrás tenerme todos los días~ ¿no te gusta la idea, mi amor?~ -hablo juguetón, poniendo nerviosa a la mujer.

Shui volvió a sus pensamientos, su estómago tenía una sensación de vacío y pesadez al recordar qué le había sucedió a la horquilla qué le había regalado Zheng, esa era la única cosa que quería llevarse consigo, pero ni siquiera la tenía por completo.

No le quedo otra más que responder con un "no".

-¿Estás segura? - replicó el hombre.

Pese a que no le sobraban ganas de revelar lo que su madre le había hecho -no sólo a la horquilla, sino que también a ella- estaba por optar no hacerlo, desconocía qué tan grave serían las consecuencias con las qué tendría que afrontar su madre.
Le guardaba un gran rencor, pero a su parecer quejarse de ello era hacerse la víctima. Se maldijo a sí misma por ser tan compasiva con su madre cuando su progenitora nunca lo hizo por ella, siendo su hija más pequeña
Ya estaban por salir de su habitacion, en el proceso meditó sobre tal ideología qué inculcaron sobre ella; sus padres, y con mayor medida su madre, siempre la habían chantajeado, con palabras que acusaban de hacerse la victima; pensó con la cabeza fría y suspiró pesado.

Fue un asco de madre y de ser humano, solo le mostró su peor rostro a su hija menor, y ahora viendo todo desde retroapectiva, a sabiendas que estaba comprometida oficialmente con el emperador, iba a alardear de ello con todo aquel que se le cruzase, una y otra vez, su cabeza dolía solo de pensar en esa posibilidad, su madre le iba sacar provecho a su nombre sin importarle todo el daño, abandono y maltrato qué le había infringido durante años.

-No, espera.-exclamo ante salir del pasillo en brazos de Qin Shi Huang-...la horquilla qué me regalaste me gustaría llevármela...- habló temblorosa.

-¡Perfecto! ¿Dónde está? - Qin se disponía a buscarla por ella.

-Le paso... algo- no deseaba ver sufrir a su madre, no obstante, tampoco quería que las cosas se quedarán como si nada.

-Sí dime - para Qin era un obsequio con gran valor sentimental, con él había simbolizado su agradecimiento hacia ella, agradecía todas aquellas tardes compartidas, la alegría que ella le brindaba, su amistad y en cierto modo también su amor. Pero no le molestaba si la había extraviado o algo por el estilo, a sus ojos, Shui tenía más valor que cualquier bien material.

-Mi madre la rompió, no me dejo explicarle de donde provenía, solo la rompió y me golpeó - dijo triste y con un tono agotado, su pesar era genuino, revivir tantos malos recuerdos la comenzaba a abrumar.

Qin en cuento escucho la palabra "golpe" no lo pensó ni un segundo más y salió de la casa en dirección a su caballo, no la dejaría ni un segundo más con sus "padres", su única obligación era cuidar de su hija, y habían fracasado rotundamente.

-Por la horquilla no te preocupes, y por tus padres... lo resolveré luego- justo cuando ya estaba gozando de un lindo momento con su amada lo azotó un nuevo golpe de ira.

Shui no dijo nada, tenía más por decir, pero lo dejaría para otro momento más privado.

Después de salir de su casa vio a sus padres, su madre palideció cuando le vio el rostro desmaquillado, por otro lado su padre parecía querer hablar con ella, sin embargo Shui desvío la mirada.

𝓣𝓸𝓰𝓮𝓽𝓱𝓮𝓻 𝓾𝓷𝓽𝓲𝓵 𝓽𝓱𝓮 𝓫𝓲𝓽𝓽𝓮𝓻 𝓮𝓷𝓭 ♡𝓠𝓲𝓷 𝓢𝓱𝓲 𝓗𝓾𝓪𝓷𝓰Where stories live. Discover now