Bölum 11

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—¿Has visto como esta Harika?

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—¿Has visto como esta Harika?

Cuestiono enojada Hurrem a su hijo Selim, quien solamente se encontraba de espaldas a ella y mirando la pared, Hurrem sabía que algo había ahí.

Habían pasado tan solo cuatro meses desde el anuncio del embarazo de Harika, el primer mes estuvo yendo a la perfección, cuando vino el segundo y tercero, sin más la Salud de la rubia no fue de la mejor, pero ahora se enteraba que Selim no la iba a ver ni mucho menos le hablaba.

—¿Que no dijiste que ella es la mujer de tu corazón? -cuestionó tratando de mantener la calma ante su hijo- no entiendo la razón de tu comportamiento, ella no ha hecho ninguna falta para merecer este desprecio sin razón.

—Madre solo no me cuestiones, tengo mis razones.

—¿Acaso es Nurbanu la razón de este pleito sin razón? -cuestiono con obviedad apretando su vestido... Tenía que haberlo pensado desde un principio- ¿Nurbanu fue quien te manipulo la mente?

—No tienes que meter a Nurbanu en esto, madre.

—Harika ha estado mal de salud, las doctoras han dicho que posiblemente tenga depresión y tú... -regaño moviendo sus manos para luego tocarle el hombro- haciendo esto, dañando más su corazón y su mente... Tu bebé va a sufrir mucho, más bien sufre dentro del vientre de su madre.

—Sultana, le ordenó no meterse en esto.

Hurrem estaba sorprendida, el tono enfurecido de Selim era algo que nunca había pasado... Su hijo nunca le había hablado de esa forma y suspiro negando.

—No me meteré, claro que no Príncipe -habló escondiendo el dolor por sus palabras y por primera vez, se inclinó ante él- pero recuerda una sola cosa, si algo le pasa a tu Sultana... Conocerás las consecuencias, no sólo mías, también del Sultán.

Sin esperar que él respondiera salió de habitación con dirección a la de Harika, Sumbul, Fakria y Mihrimah se encontraban ahora mismo con ella, cuando llegó los encontró con la medica.

—¿Ha presentado nuevamente fiebre? -preguntó preocupada Hurrem acercándose a Harika- ¿por qué no me avisaron?

—Mi Sultana, usted estaba ocupada hablando con nuestro príncipe -respondió Sumbul llevando su mano a la boca- Allah, por favor ayudanos.

—Madre ¿hubo algún altercado con Selim? -pregunto viendo el rostro de Hurrem- te veo triste y decaída.

—Si cariño... Pero ahora no quiero pensar más en eso -comentó dando un suspiro cansado y se alejó de la rubia- nos llevaremos a Harika a Estambul, Su Majestad ha pedido que la llevemos para que sea verificada por su médico personal.

—Está bien madre.

—Nazenim.

La nombrada apareció inclinándose ante las sultanas quienes se miraron entre sí y asintieron.

—Regresamos a Estambul, prepara las cosas de tu Sultana -ordenó Hurrem a la criada que asintió preocupada- ella vendrá con nosotras y ustedes también.

—Así, Sultana.

(...)

Nurbanu observaba satisfecha como Harika caminaba a un lado de Hurrem y Mihrimah con todas sus cosas, había logrado echar del palacio a la inglesa.

—Mamá ¿Por qué la señorita se va? -pregunto curiosa Geverhan a su madre quien seguía sonriendo- ¿hizo algo malo?

—Cariño, esa mujer nos está robando el amor y la atención de tu padre -respondió acariciando la cabeza de su hija sin dejar de ver a las Sultanas- esa mujer merece ser expulsada por no saber respetar a sus superiores, que somos solamente nosotras.

Mientras tanto Harika caminaba sosteniendo el brazo de Mihrimah quien la ayudaba a caminar, pero su rostro aún permanecía pálido.

—Volverás a tus antiguos aposentos.

—Gracias Sultana -agradeció con una sonrisa cansada- tal vez con un poco de compañía de su parte me sienta mucho mejor.

—Allah mediante te mejoraras y ese mejoramiento será bueno para tu bebe.

—Amen Sultana, amen.

Para Hurrem aquella chica era como su segunda hija, aquella chica parecida a ella. Una esclava siendo separada de lo que más amaba, pero ella se encargaría de que fuese feliz, que aquella inocencia le dure más de lo que ella le duró cuando llegó en el pasado.

—Cariño, cuando lleguemos al Palacio pediré que preparemos sus comidas favoritas y así descansar mejor.

Días después.

Hurrem observaba el mar a través del balcón con Suleiman quien se encontraba a su lado, ambos disfrutaban del momento.

—¿Cómo se encuentra la chica?

—Mucho mejor, su decisión de traerla fue lo mejor... Su estado ha mejorado bastante estando aquí Suleiman.

—¿Supiste la razón del problema Hurrem?

—No, hable nuevamente con Selim, pero sigue sin decir una sola palabra y Harika ni siquiera supo de la razón de todo.

Suleiman suspiro molesto dejando que Hurrem le sostuviera el brazo, le extrañaba el comportamiento de su hijo y sabía que nunca se había comportado así ni siquiera con Nurbanu.

—Sumbul Aga -llamó al leal sirviente de su mujer quien inmediatamente entró a la habitación- trae a la Sultana, debo hablar con ella y que sea rápido,

—Como ordene.

—Hurrem, puedes retirarte -pidió besando su frente con una sonrisa- más tarde podrás hablar con ella.

(...)

—¿Pidió verme?

Harika saludo a Suleiman besando su mano con una leve sonrisa, él pudo ver su rostro con mejor color a cuando la trajeron desde Manisa y aquel vestido de color verde lima le resaltaba ese pequeño estomago que resaltaba.

—Ven siéntate -pidió palmeando donde se encontraba sentado- no deberías estar tanto tiempo de pie.

—Gracias.

—¿Cómo te has sentido? -pregunto curioso sin dejar de verle necesitaba ver si ya estaba mejor sin ver su apariencia- ¿te han tratado muy bien?

—Allah bendito así es, la médica ha dicho que todo está yendo bien, gracias por la preocupación Sultán.

—Allah mediante tendrás un parto seguro y tranquilo.

—Gracias.

—Te llame para decirte que serás cambiada de habitación para mejor comodidad y te daremos mas criadas para tu servició.

—No tengo como agradecerles todo lo que están haciendo por mi, una simple criada.

—No eres una criada, super que Hurrem te libero -mencionó con seriedad tomando su mano y suspiro- y eres una mujer libre, una Sultana desde que llegaste a este lugar, un título que yo te di.

continuará...

Melifluo [El Sultán] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora