Capítulo 27: Sentencia

54 10 48
                                    

08 de septiembre del 2020

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

08 de septiembre del 2020

Un grupo considerable de personas se acumuló en el juzgado donde se buscaría desestimar el caso Brown. Quienes asistían a la comparecencia, esperaban que la Juez encargada de revisar el suceso, no diera paso a un proceso mayor; en otras palabras, esperaban que todo se resolviera bajo el entendimiento de los abogados con la Juez. De lo contrario, se iniciaría un juicio en contra de Luisa con un jurado de por medio.

George y Helen figuraban en las primeras filas, mientras esperaban la llegada de Gabriel o de la misma Luisa. George pasó los últimos días tratando de controlar la prensa y el mundo de especulaciones que surgieron alrededor del caso Brown. No obstante, los esfuerzos de este por dejar a Luisa a salvo de los ataques, fueron prácticamente en vano. Las noticias sobre la enfermedad de la afamada escritora, provocaron un notable aumento en las ventas de los libros, lo que para su reprensentante, era algo más que favorable. Por otro lado, Helen parecía realmente preocupada por su única amiga. Para ella, el acontecimiento fue el resultado del dolor acumulado tras muchos años.

Gabriel entró al juzgado y, en su camino, su mirada chocó con la de George. Ambos hombres aborrecían la presencia del otro, pues tenían razones para culparse mutuamente por los problemas de Luisa. El vaquero odiaba el hecho de haber sido utilizado como mercadotecnia de un libro y el representante lo aborrecía porque tenía claros los sentimientos de la mujer para la que trabajaba, aun cuando ella los negara todo el tiempo.

Posterior a aquello, Luisa apareció cuando una de las puertas laterales se abrió, portaba ropa sencilla, nada elegante, pero lucía pulcra y serena. Tras los ojos marrones, se ocultaba una mente compleja, llena de borrosos recuerdos acumulados, donde no había cabida para la felicidad, puesto que ahí abundaba la tristeza, la soledad, el descontrol y el miedo.

Gabriel intentó dirigirse a su esposa; sin embargo, tanto policías como abogados se lo impidieron, todos creyeron que lo mejor para la mujer sería mantenerla al margen del bullicioso momento que sólo conseguiría alterarle los nervios. Incluso el doctor James aguardaba en el juzgado, ya que no solo fue requerido como el médico personal de la acusada, sino también como testigo y consultor del caso Brown.

La Juez entró en el lugar y los presentes se pusieron de pie para recibirla. Por fortuna de Luisa, Martha Smith era considerada una persona noble y justa, reconocida por sus trabajos en leyes feministas.

—Abogados, vengan aquí —indicó la Juez y los hombres trajeados se dirigieron hacia el estrado, ella prosiguió—: La señora Brown ha sido acusada de intento de asesinato. Me quieren explicar, ¿por qué estamos en una comparecencia? ¿Por qué no nos fuimos directo a un juicio con jurado?

Marcus Robledo, el abogado de Gabriel, fue el primero en hablar. Humedeció los labios y tomó algo de aire. 

—Señoría, mi cliente no desea presentar cargos ante el ataque. Ambas partes creemos que la acusada provocó el daño bajo los efectos de su enfermedad.

LUISAWhere stories live. Discover now