Asesina de Hombres || Matt Smith & Milly Alcock

16: Egoísta

2:05 am

Matt duerme pacíficamente a mi lado.

Su rostro luce relajado descansando sobre la almohada, las sabanas a penas cubren su cuerpo semidesnudo, se ve glorioso y juro que no le estoy haciendo justicia con mi pobre descripción.

Después del baño, tomar algo de sopa y ver una película, Matt ha caído rendido.

Yo en cambio no he podido pegar un ojo en toda la noche, me siento fatal, culpable, como nunca antes.

No me puedo creer como he sido capaz de tanto.

Y por mas que piense en mi razones, ninguna parece lo suficientemente importante, siento que nada justifica lo que hice, y no solo a Matt, a todas las familias de las personas a las que me vi obligada a asesinar.

Me siento en la cama, mis ojos se llenan de lagrimas y las limpio antes de que terminen de caer.

Thunder me mira sin entender que me pasa, le acaricio la cabecita y me levanto de la cama. 

No puedo quedarme de brazos cruzados o ambos terminaremos mal.

Tengo que buscar los documentos, tengo que lograr convencer a Carter de que Matt no esta implicado como ellos piensan y debo dejarlo vivir.

No podría asesinarlo y vivir en paz, sabiendo que él confío en mi, me quiso ayudar a superar mis traumas, me abrió las puertas de su casa y de su corazón y que yo simplemente lo utilice, ademas no podría vivir en paz con su sangre en mis manos. 

Comienzo a husmear por todo el lugar y no veo mas que una casa normal, nada parece fuera de lugar, ni extraño.

Recuerdo el escondite detrás del cuadro donde Matt guardo el arma pero no me atrevo a revisar porque él duerme en esa misma habitación y no quiero tentar a la suerte.

Camino por la casa y veo la correspondencia, reviso y solo hay cartas de su mamá otras son del servicio de Internet y algunas facturas de electricidad, nada relevante. 

¿Que escondes Matthew Smith? ¿Y porque te quieren muerto?

Miro en una mesita un porta-retrato, en la foto se miran Matt, Fabien y otro chico de cabello negro, estan en un estadio, se ven felices y en medio de ellos hay una chica morena, de cabello rojizo, preciosa, alta cuerpo esbelto de modelo, creo que es la chica que hablaba con Matt en el estacionamiento hacen unos dias.

¿Como era que se llamaba?

—¿No puedes dormir?—la voz de Matt tras de mi me da escalofríos.

Me doy vuelta y ahí esta el, vistiendo solo el pantalón de pijamas, tiene los ojos entrecerrados supongo por el sueño y una sonrisa tierna, eso en seguida me tranquiliza.

—No, iba a preparar algo de té y me distraje con las fotos.

—Ah—se acerca—¿Que tienes ahi?

Me quita la foto de las manos y la mira un par de segundos antes de volver a ponerla sobre la mesita.

Parece un poco desanimado.

—¿Estas bien?—le pregunto poniendo mi mano en su hombro.

—Si—asiente aunque no estoy muy convencida de ello.—Vamos por el té.

Me lleva de la mano hasta la cocina.

—Ese era tu amigo ¿no?—pregunto con la necesidad de saber mas, mientras pongo el agua en la tetera.

—Es mi amigo, mi mejor amigo, nunca dejó, ni dejará de serlo—responde algo seco.

—Lo siento.

—Esta bien Rubia, el y yo sabíamos que esto podía pasar en cualquier momento... Solo que aun no estaba preparado, ni siquiera pude despedirme.