Capítulo 8.

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LALISA MANOBAL.

—No puedo creerlo —entré al lugar a regañadientes—. Prácticamente fui obligada a venir.

—Pero mira el lado bueno —Jungkook se recargó de mí—. Todas estás mujeres... están para chuparse los dedos. O para que ellas te chupen otra cosa —se rió.

Rode los ojos.

—No sabía que podía lucir tan genial —confesó Jeongyeon.

Al final del día, esta miraba alrededor como si nunca hubiera entrado a uno de estos lugares.

Todo estaba lleno de humo. O más bien vapor, era lo que solían usar comúnmente para darle ese toque a las luces. Las cuales te cegaban.

—Este lugar es increíble —habló Jisoo por lo bajo.

La música a penas y nos permitía escuchar nuestras voces, pero al estar tan unidos, podíamos entendernos un poco. Nos enterramos más adentro y escogimos una mesa que estaba casi en el centro. Jungkook se veía muy emocionado y no dejaba de mirar a los lados, mientras que Jeongyeon parecía tener su cuerpo aquí, pero su cabeza en otro lado.

Estaba sentada a mi lado, esperando no sé que de su celular dado que no paraba de mirarlo.

—¿Qué esperas? —me atreví a preguntarle.

—Oh... —rápidamente colocó el celular boca abajo—. Una llamada de mi madre. Suele llamarme siempre a esta hora cuando salgo. Oye, ¿sabes con quién iba a salir Nayeon?

Fruncí el ceño, —Con Dahyun, Jihyo y... —hice una pausa—. ¿Cómo para que quieres tú saber eso?

Se pasó la mano por la nuca, —Curiosidad. Sabes que las calles son... —la música paró, y inició otra, tornando todo oscuro.

El lugar que estaba lleno de personas se quedó todo en silencio. Miré a todos lados buscando una señal de algo, y la encontré sí. Pero cuando las luces se encendieron tornándose rojas, iluminando todo el lugar con tonos oscuros y una música lente. Agregándole más sensualidad.

Este estaba repleto de hombres así como también de mujeres. ¿Quién podrá ser la dueña o el dueño de todo esto?

Me remojé los labios y seguí mirando. De una oscuridad, salió una mujer con curvas, una que a penas y se le distinguía el rostro. Llevaba una máscara y todo se volvieron locos con el solo hecho de estarla mirando con tan poca ropa. Mis labios se separaron.

Disfrazar la verdad sería una hipocresía de mi parte. Esa mujer era hermosa, mantenía un semblante oscuro y aunque poco se le veía la cara, sus ojos cafés eran mucho más llamativos de lo que la oscuridad los quería hacer ver, y puedo decirlo porque estos al momento sólo me miraron a mí.

—Ya sabemos a quien eligió —dijo Jisoo con una sonrisa muy satisfactoria.

Aquella chica que tenía el pelo cayendole a cascada movía sus caderas de una manera provocativa. Setenciando a mi cabeza ir más rápido, como si todo mi cuerpo hubiese reaccionado a su aparición. Más que acelerarse mi corazón, se aceleró mi pulso, y por un momento quise subirme ahí y quitarle aquella máscara para saber quien se escondía ahí.

Mis labios estaban tan resecos como mi boca. Parecía un cordero delante de ella. Un porte refinado.

Aquella mujer fue bajando y acercándose a mí cual depredador que va a por su presa. <<Pero no eran sus ojos>>.

No, no eran los ojos gatunos de Jennie. Cerré mis ojos por unos segundos para acostumbrarme a la sensación. Tenía que sacar a esa mujer de mi cabeza, rápidamente antes de que me ponga más loca. Así que eso decidí hacer.

Viajando Entre Mentiras. (Jenlisa)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें