Capítulo 14.

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LALISA MANOBAL.

—¿Me dirá usted quien le dio el lugar? digo, porque si es así, me tengo que preocupar que en pocos días me secuestren —bromeé.

Se inclinó hacia adelante, —Se puede decir que... es un secreto de estado.

—Oh, vaya —bajé la cabeza—. Resulta que a mí no me gustan los secretos ni las mentiras.

—¿Ah, sí? —asentí—. Pues de mi parte no vas a tener nada de eso. Me caíste muy bien, Lisa.

Y aunque no se lo dije, ella también a mí. Más que bien; no sé que ella sintió con ese beso <<probablemente nada>>, pero en mi cabeza aun se reproducían esas imágenes. Y a diferencia de todo, ella me provocaba saber más, conocerla, hablar un poco más. No se veía como una mujer con secretos, ni con pasado tormentoso.

Estar aquí con ella. Tomándome una malteada de chocolate mientras conversábamos cosas triviales y de vez en cuando, nos coqueteábamos, fue algo que siempre me apeteció probar, y lo estaba haciendo. Era un dia normal, algo nublado, con una buena compañía.

Seulgi era una mujer muy linda, resplandecía y te hacía sonreír con el hecho de mirarla a los ojos, los cuale brillaban.

—¿Cómo iniciaste trabajando para Jennie?

—Querrás decir Ruby —me corrigió.

—Es lo mismo. Son la misma persona —dije muy normal. Pero Seulgi negó.

—No, Lisa, no son la misma persona ni por asomo —tomó de su malteada—. Te puedo decir que cuando entra Ruby, parece tener otra personalidad. Es una mujer más fría y calculadora a la cual sólo le interesa el dinero y el poder.

—Ella no es así.

Seulgi sonrió con ironía, —No estés tan segura. Nadie a conocido a Jennie, nunca. Todo el tiempo hemos visto a Ruby, una mujer rara, maquiavélica. Que no le importa nada con tal de lograr sus objetivos. No cuida de nadie, sólo se cuida ella misma. No tengo el gusto, ni quiero tenerlo, de conocer a Jennie.

Nada de lo que me decía Seulgi concordaba con Jennie. Ella se había mostrado servicial, incluso me cuidó. No parecía ser una mujer fría ni mucho menos calculadora. Cuando me miró a los ojos, parecimos conectar, como si hubiese sido la primera vez.

Sus hermosos ojos azules me dijeron cosas, así como también los míos le dijeron cosas a ella. Y un volcan hizo erupción. El momento que tanto quise evitar, llegó ese día. Hice un click con Jennie, su manera de acariciar mi mejilla y sonreírme con un deje de ternura.

Se quedó conmigo cuidando mi sueño, ¿y si me está mostrando una cara falsa?

Puede que quiera engatusarme, llenarme la cabeza de las cosas buenas dejando las malas a un lado, pero ¿Jennie por qué haría eso?

Y es ahí donde llegan las dudas, y es ahí donde quiero yo entrar para saber sobre su pasado, sobre como es en realidad. Y sonará estúpido, pero puede que yo la salve, si tiene algún mal, o algo que no la deja dormir tranquila; si Jennie se deja, estoy dispuesta a darle esa oportunidad. Ese voto de confianza.

—¿Y sabes algo sobre su pasado? —interrogué.

Seulgi pareció sopesarlo, no parecía querer contar mucho.

—Es... sé un poco, lo suficiente como para no meterme más en los problemas de Ruby —desvió la mirada—. Y yo que tú, tampoco lo hacía.

—Es amiga de mi madre —dije.

—¿Y tu crees que Ruby sólo quiere ser tu amiga? —bufó—. Por Dios, Lisa. No eres inocente, eso lo sé de sobra. Perdona por lo que te diré y por como lo haré, pero Ruby te meterá en su cama, te someterá, te comerá el coño y te dejara cuando no le sirvas. Ella es así.

Viajando Entre Mentiras. (Jenlisa)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora