Capítulo 32.

2K 222 52
                                    

JENNIE KIM.

—¿Fuiste tú? —ni siquiera entré bien al Bar, desde el segundo que vi a Irene, le pregunté.

—Un momento, chicas —dejó de hablar con las demás para meterse en conversación conmigo—. ¿Yo qué, Kim?

—Eres una traicionera, Irene. Le dijiste a tu hermano donde estaba yo —dije, toscamente. Aun sabiendo que no había sido ella, pero preparándola para cuando sepa que fue su amada Seulgi.

Inclinó la cabeza hacia atrás, —¿De qué hablas? ni siquiera llamo a Kai para saber como está, es él que no se cansa de llamarme. ¿Pero por qué vienes de...? —de detuvo—. Espera, ¿Kai está aquí?

—No solo está aquí, sino que viene para quedarse y sé que hasta que no me vaya con él, esto no se va a detener —soplé—. ¡Es un maldito!

—¿Y Lisa? ¿qué harás con ella?

—No lo sé, pero no la voy a alejar —aseguré.

—¿Y cuándo se entere de Kai?

—Él ya sabe de Lisa.

—Dios mío, Jennie, te lo dije.

—Fue Seulgi —dije de golpe—. Y ya pensaré que hacer con lo de Kai.

Irene soltó un grito ahogado, —No puede ser... Seulgi no sería capaz de eso.

—Fue ella, estoy segura.

—Pero si no sabía nada. No, no fue Seulgi —se negó.

—Irene, no te ciegues a la realidad. Así me decías tú a mí.

—Pero es diferente.

—No es diferente, y si no me crees ve y pregúntale, pero claro, no te dirá que sí. Ella lo sabía porque la noche que yo estaba tomada la lengua se me fue; entonces justamente luego de eso Kai se aparece aquí. Estoy rodeada de enemigos. Pero esta me las paga, te lo juro que sí.

—Tienes que averiguar bien las cosas.

—No hay nada que averiguar, la voy a hundir, Irene.

—Yo hablaré con ella. Por mientras en tu oficina hay alguien esperándote, y no es Kai, obviamente.

—¿Entonces?

—Lisa.

****

Entré a la oficina tal cual me dijo Irene, pero no vi a nadie. Sobre mi escritorio había un gran ramo de rosas rojas. Una sonrisa idiota se quería formar en mi labios pero obviamente no lo permití. No quería seguir sonriendo por alguien como Lisa.

No terminaba de estar conmigo cuando se iba a besar con otra estúpida en cuanto tenía oportunidad. Miré las flores y tomé una tarjeta que había sobre estas.

"Formarás parte de mí hasta que todas las flores del mundo se marchiten".

L.M.

—Buenos días.

Me giré con brusquedad, sobresaltándose.

—Me asustaste —me llevé la mano al corazón—. ¿Qué haces aquí? deberías estar en el instituto.

—Quería verte —me regaló una mini sonrisa—. Pero no te noto tan feliz, mi amor.

Estaba igual de hermosa que siempre, y por eso la odiaba aun más. Porque no debería ser, cada parte de mi cuerpo respondía al hecho de tenerla en la misma habitación. Era fascinante y a la misma vez alarmante.

Lisa ya estaba muy metida en mi piel, ya formaba parte de mí. No tengo ni la menor idea de como evitarla o de como dejar de pensar en ella.

—Ningún mi amor, Lalisa —chisté—. No sé que haces aquí, no deberías de estar aquí. No quiero romancear contigo.

Viajando Entre Mentiras. (Jenlisa)Where stories live. Discover now