Capítulo 30.

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LALISA MANOBAL.

—A ver si logro entender todo esto —Jeongyeon se sentó en mi cama—. ¿Tú y aquella mujer tuvieron...? —juntó sus dedos índices.

—Follaron, Jeongyeon. ¿Por qué les cuesta tanto decir eso? por Dios, ni que en un futuro no lo fueras a hacer con Nayeon —fulminé con la mirada a Jisoo. La cual apretó sus labios y desvió la mirada—. Que no lo harás, porque de aquí a allá, Lisa logrará meterla a monja.

—La cosa no es esa.

—Jungkook tiene razón —desvió el tema Jeongyeon—. El tema está en que Lisa por fin dejó de ser pura, y yo que pensaba que iba a morir virgen. Que vueltas da la vida.

—La que va a morir virgen eres tú, Jeongyeon —se burló Jisoo—. Porque Lisa no dejara...

—¡Bueno, ya! —la calle—. Tampoco es como que me le meteré en la cama a Nayeon para que no haga nada.

Jeongyeon asintió, —¿Viste, Jisoo? Lisa no hara eso.

—No. Pero sí le preguntaré, y hay de ti, Jeongyeon, que seas de las que mete mano en el cine —advertí.

—Dios mío, chicas —Jungkook bufó—. Vamos a ver, a decir verdad, todos sabíamos que esto pasaría, pero ¿con tremenda mujer como lo es la mejor amiga de la madre de Lisa? —se detuvo a tomar un respiro—. Que por cierto, ¿qué harás cuando tu madre se entere?

—No se tiene porqué enterar —dije.

—Lisa, sabemos muy bien que Zara puede ser lo que sea, pero tiene aires de detective —recalcó Jeongyeon—. No seas tan obvia.

—Ni siquiera la miro cuando viene aquí —mentí.

—Eso ni tú te lo crees, bien te dije que cuando uno empieza nunca termina. Y menos si la persona que te —Jisoo hizo una seña vulgar con la mano. Los tres arrugamos el ceño—. Te lo hace bien.

—Lo vulgar ya es de nacimiento —dedujo Jungkook—. Pero es verdad. Y esa mujer era hermosa, y que buen cuerpo tenía.

Le lancé una almohada, —No hables así de ella.

—¿Ya ven? —señaló el pelinegro—. Egoísta. Ni mirar deja.

—Pero tu tienes al "todas mías" —molestó Jisoo.

—Es Taehyung, no el "todas mías". Y se ha comportado muy bien conmigo, pero ¿qué me dices tú de Roseanne? a esa le he visto como rabo sin dueño detrás de ti.

—Estamos intentándolo de nuevo —respondió, jugando con sus dedos—. Ella me ha estado demostrando que está cambiando, y no le veo nada de malo a dar segundas oportunidades.

Todos nos echamos a reír.

—¿Segunda? por Dios, Jisoo. Es la décimo cuarta oportunidad.

—Jeongyeon tiene razón, le has dado oportunidades a esa mujer sin perdón de Dios —afirmó Jungkook.

—Yo sí le creo.

—¿Qué? —dijeron al unísono.

—Se que se puede cambiar y ser mejor persona, pero no todo el mundo lo hace. Eso de "nadie cambia", es tremenda burrada —resoplé.

—Esto sí que es sorpresa. Y eso, que ni se topaban —remarcó Jungkook.

—Las cosas cambian, y así pasó. Ojala todo mejore y puedas tener algo más que solo una amistad, Jisoo.

—Sueño con eso. Por cierto, Tzuyu estaba pregun...

—Sí, aquí se presentó.

—¡No te creo! —expresó Jeongyeon.

Viajando Entre Mentiras. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora