Capítulo 6

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Kalos

Estaba asimilándolo, pero no perdía la esperanza. Silas y yo éramos los únicos extranjeros que habían sido llevados hasta el poblado, pero los exploradores que habían salido en busca de la otra cápsula todavía no habían regresado. Todavía podían traerla con nosotros.

—No puedo creérmelo. —alcé la vista hacia nuestro anfitrión para encontrar su rostro aún estupefacto. —¡Una piedra blanca! —Tuvimos que decírselo para que pusiera más interés en la búsqueda de Nydia.

—Entiendo tu asombro. De no haber estado todo este tiempo a su lado, tampoco podría creérmelo. —añadió Silas. Su mirada seguía sobre el hombre de la túnica de color pálido verde, como si esperase alguna señal que le indicara algún propósito oculto. Yo también desconfiaría de él, de todos ellos, sobre todo por la forma en que nos observaban los guerreros de la tribu.

—Perdona mi escepticismo al respecto, pero necesito algo más que la historia de dos desconocidos para creerlo. —Silas asintió ante su aparente sinceridad.

—Han cambiado muchas cosas ahí afuera. —Silas señaló hacia el techo de la cabaña. Todos entendimos que se refería al espacio.

—Cuéntame más cosas, Silas. Llevo tanto tiempo en este remoto lugar, que aunque sean noticias demasiado fantasiosas estoy deseoso de conocerlas. —Silas asintió de nuevo mientras dejaba su baso de té sobre el suelo frente a él.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? Lo digo para remontarme hasta la fecha que me indiques para empezar mi narración. —Cuando un amarillo te decía eso ya podías prepararte para escuchar un trozo de historia muy documentada. A los amarillos les gustaba llenarlo todo con datos como nombres y fechas.

—No sé exactamente el tiempo que corresponde con el calendario central. En este planeta han pasado más de doscientos inviernos. Aunque... creo recordar que el rey naranja ostentaba la corona blanca, y se estaban preparando para celebrar el centenario de su reinado. Ya sabes que esas cosas se empiezan a preparar 10 años antes. —Por sus palabras, aquel hombre debía estar bendecido, sino no podría aparentar tener menos de 30 años de un humano normal.

—Estás bendecido. —Escapó de mi boca. Él asintió.

—Así es. —Aflojó su cinturón para abrir la tela de su túnica ya así poder ver la piedra verde en su ombligo. —Era un jovencito de 70 años cuando llegué aquí.

—¿También eres un náufrago espacial? —No nos pasó desapercibido, ni a Silas ni a mí, el fruncimiento de sus cejas.

—No, a mi me contrataron para solucionar un problema con la extracción de la walkonita. Pero... —Su mirada se deslizó de uno a otro antes de soltar un pesado suspiro. —Es una larga historia.

—¿No pensabas esperar, verdad? —La voz de una mujer nos hizo mirar a todos hacia la puerta de entrada a la choza.

—No pensaba empezar sin ti, Tress, pero no he podido resistirme a preguntar. Caballeros, esta es Tress, una naufraga como ustedes. —Ella lo observó un largo segundo, hasta que movió la cabeza en señal de saludo.

—Llamarme naufraga es tener mucha imaginación, Emmé. Yo más bien lo llamaría exiliada forzosa. —Sus palabras me provocaron mucha más curiosidad, si es que antes no estaba ya en niveles asombrosamente altos. —Me secuestraron, me metieron en una cápsula y me lanzaron a este agujero para que no siguiese incordiando.

—Es periodista. —Aclaró Emmé, así lo había llamado ella.

—Metí las narices en algo demasiado secreto, y los jefazos de la gran compañía minera Pholion decidieron silenciarme.

El clan del viento - Estrella Errante 3حيث تعيش القصص. اكتشف الآن