Capítulo 24: Erosión

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Era una mañana ruidosa.

A medida que el cielo comenzaba a blanquearse, los soldados con armadura comenzaron a caminar por las calles, y cuando el sol comenzó a salir, los magos se unieron a ellos.

Mientras las madres en casa preparaban el desayuno, los soldados caminaban afanosamente, y cuando las calles estaban llenas de puestos, los caballeros comenzaron a pararse por todas partes en la capital, haciendo guardia.

Era una vista extraña, pero también familiar.

Cuando el rey demonio aún vivía, la capital real no era tan grande y vasta como ahora, pero aun así, había caballeros y soldados por todas partes en la capital élfica, y todos los días estaban en guardia, listos para interceptar a los monstruos.  que atacaría en cualquier momento.

Sin embargo, desde que el rey demonio fue derrotado, la frecuencia de tales ataques había disminuido, y en estos días, solo había soldados patrullando regularmente para mediar entre ladrones y peleas.

Debido a que el mundo se había vuelto pacífico, los residentes rara vez veían soldados y caballeros, pero esta mañana era diferente.

Era normal que una ciudad fuera ruidosa, pero había soldados patrullando, caballeros con armadura y magos con túnicas gruesas.

Incluso las personas desconocidas que trabajan en el castillo real estaban monitoreando rápidamente las calles de la capital, observando cuidadosamente no solo las calles concurridas, sino también los callejones traseros donde había poca gente y las casas abandonadas donde la gente ya no vivía, y caminaba con frustración.  lejos sin nada.

Esta fue una situación muy inusual.

También estaban impacientes.

El otro día, una de las doncellas de la reina Leticia desapareció dentro del castillo.

Se pensaba que el culpable era un bandido o alguien que irrumpió en el castillo, pero la aparición del monstruo en el castillo ayer hizo que Leticia se diera cuenta de quién era el culpable.

Se culpó internamente por llegar demasiado tarde, pero aun así, sus acciones a partir de ese momento podrían llamarse rápidas.

Ese día, reunió a los caballeros, les contó lo que había sucedido y duplicó el número de guardias por la noche.  Y hoy, les ordenó movilizar no solo a los soldados y caballeros, sino también a los magos para buscar rastros del monstruo esta mañana.

El monstruo que apareció en el castillo y atacó a la hija de Leticia, Meltia, y fue derrotado por Leticia, un limo.

El limo que apareció en la mina Mithril de alguna manera llegó al país élfico de Fonteau, y no solo eso, invadió el castillo.

Además, no sabían su número total.

No sabían si era solo el que fue sometido ayer, o si aún había más de ellos.

Leticia, que había oído hablar de las características del limo de Fiana y Alfira, que había ido a la mina abandonada de Mithril para matarlos, desconfiaba de ellos, pensando que debía haber varios de estos limos.

De hecho, había más de un limo.

En primer lugar, se preguntaron si se podría aplicar el concepto de "trabajar como uno solo", pero sería difícil decirlo.

Los soldados y caballeros ordenados por Leticia, su jefe, el Comandante, caminaron por la capital real desde la mañana, corriendo, respirando fuerte, sudando, haciendo preguntas a los residentes de la capital.

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