Vol.2 - Capítulo 2: Enano 1

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Por el cielo, mucho más allá del alcance de los humanos, un pájaro negro voló con un grito agudo.

El cielo azul continuó para siempre, y las nubes blancas colorearon el cielo con un solo color.

El sol brillaba y el viento era fresco.

El suelo por el que caminaba no estaba pavimentado y podía sentir la firmeza del suelo a través de sus botas de cuero.

La sensación de pisar los guijarros era un poco molesta, y la mujer de cabello largo y gris bostezaba y caminaba por un sendero desordenado.

Su cabello largo estaba atado con una cinta roja en una posición alta en su cabeza.  Aún así, su cabello se extendía lo suficiente como para llegar a su cintura.

Su cuerpo era delgado pero bien carnoso, sus amplios senos se balanceaban suavemente al caminar, aunque los ocultaba una blusa blanca y un peto de cuero, la riqueza de sus glúteos aún se dejaba ver a pesar de que los ocultaba su pantalón.

Sus caderas, envueltas por un cinturón, eran tan delgadas que uno se preguntaría si el cinturón comprimía sus órganos internos, y su abdomen, visible a través de su blusa, era deslumbrantemente blanco.

Sus músculos abdominales se asomaban, y uno podría adivinar que su cuerpo delgado se había apretado hasta el límite.

Sus ojos que estaban cubiertos por su cabello gris eran dorados.  Sus ojos, como los de un depredador, eran agudos y alertas incluso en un día normal.

No era una joven remilgada y formal, pero era una mujer hermosa.

La hermosa mujer tenía dos cosas que los humanos no tenían.  Tenía grandes orejas junto a su cabello, el cual estaba atado con una cinta roja, y una gran cola que se balanceaba suavemente sobre sus caderas.

Ambos eran de color gris, como su cabello.

Sus orejas y cola eran las mismas que las de un lobo, lo que demostraba que la mujer no era solo una humana, sino un hombre bestia con excelentes habilidades físicas.

Probablemente no tenía más de veinte años.  Su rostro estaba lleno de juventud y vitalidad.

En su espalda había una enorme espada que no era adecuada para que una mujer la manejara.  La mujer caminaba sin esfuerzo con una enorme espada en la espalda, que incluso un hombre grande no podía manejar con ambas manos.

Aparte de la enorme espada, su apariencia era la de una espadachina con armadura ligera.

"Fornelis. Estás de muy buen humor hoy, ¿verdad?"

"No realmente... pero parece que se están divirtiendo".

Junto a la belleza canosa, Fornelis, había una mujer con cabello dorado que estaba bellamente trenzado.

La espadachina de armadura ligera respondió a la voz suave y gentil de la mujer con una voz fría y digna.  Su voz ligeramente aguda daba una impresión andrógina a cualquiera que la escuchara, y el arma resistente en su espalda también daba una fuerte impresión.

Se podría decir que era fuerte como un muro que tomó la delantera en la batalla, pero su voz andrógina y ligeramente aguda a veces la hacía sentir femenina e inferior, dado su amor por las flores y su amor por los niños.

Sobre todo porque la mujer de cabello dorado que caminaba a su lado era más "femenina" que la espadachina de cabello gris.

A pesar de que la hermosa mujer era tan hermosa como la espadachina de cabello gris.

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