𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 | ❝ Eres la persona que le da sentido a mi eternidad ❞
Kailani Potter se muda al pueblo de Forks junto a su hermano con la idea de una vida tranquila y alejada del peligro. Lo que no imagino es que sería la compañera de un vampi...
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Harry había logrado animar un poco a su hermana. Luego de que ambos vieran a Edward se la había pasado decaída, pero durante una de las clases que compartía con su hermano pudo animarse un poco ya que él no había parado de intentar hacerla reír, ganándose un regaño de la maestra.
Harry acompañó a su hermana al salón de historia donde tendría su última clase del día. Antes de que ella ingresara le entregó una barra de chocolate para tratar de subirle un poco más el animo, mentiría si dijera que a él no le había afectado ver a alguien sumamente parecido a Cedric, pero en definitiva fue en menor cantidad que a su hermana, ellos no se trataron mucho, las pocas veces en que hablaron fueron por el torneo o algo relacionado con la pelirroja.
Harry acompañó a Kaily al salón de su ultima clase del día.
—¿Segura que te sientes bien? —cuestionó preocupado.
—Sí Hazz, no te preocupes —sonrió levemente cuando su hermano dejó un beso en su frente.
—Nos vemos fuera de la oficina —ella sintió y vio a su hermano irse a su clase.
Soltando un suspiro pasó al salín de Historia.
—Usted debe ser la Srta. Potter —saludó el profesor con una amable sonrisa. Ella asintió y le entregó el papel que debía firmar para poder entregarlo luego en secretaría.— Bienvenida a nuestra clase. Tome asiento con el Sr. Hale.
Ella vio hacia el frente, viendo una mano levantada al fondo del salón, era el rubio de los hermanos Cullen, quien desde el momento en el que la vio ingresar al salón se le fue imposible despegar su mirada de ella.
La pelirroja se dirigió al lugar indicado, tomó asiento dejando su mochila a un lado. Por el color de sus ojos sabía que los Cullen bebían sangre animal y no eran peligrosos, por lo que pudo mantenerse más tranquila, pero aun así alerta a cualquier cosa.
Alerta permanente, como siempre repetía el difunto Alastor Moody.
Kailani sonrió ladinamente cuando él se le quedó viendo, fingió no sentir su intensa mirada y sacó su cuaderno junto a sus plumas y marcadores de colores de la mochila, los colocó sobre la mesa y miró al frente. Aún faltaban unos minutos para que la clase comenzara.
Pasaron unos minutos y no pudo evitar sentir que estaba siendo grosera al ignorarlo. Soltó un suspiró y giró a verlo.
Sus miradas chocaron.
Kailani no pudo alejarse de aquella mirada dorada, de igual forma Jasper no pudo dejar de ver sus ojos esmeralda. Ambos se perdieron en la mirada del otro, Kailani sintió su corazón latiendo con rapidez, debía admitir que era muy guapo. Se perdió en su cabello rubio y rizado, mandíbula marcada y labios rosados con leves tonalidades purpuras.
