La carta de Laylah

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María:

Si puedes leer esto es porque me has encontrado, porque has conseguido trazar por completo un camino hasta mí. Aquí estoy, María, soy yo la que te ha llamado. Te agradezco enormemente tu respuesta, porque aunque no lo creas, me has respondido.

Ahora te pido que mantengas la mente fría. Voy a darte una serie de indicaciones para que podamos encontrarnos, pero de verdad. Estaremos la una frente a la otra. Una vez eso ocurra, te prometo que resolveré todas tus dudas e inquietudes.

María, sé que has visto cosas de mí que te han asustado, pero te pido de mujer a mujer que te pongas en mi situación. Sé qué clase de mujer eres, María, y sé que podrás entender que el verdadero infierno no fue el que creé yo aquel día, sino en el que él me tenía atrapada desde que me tomó como su propiedad al estampar su firma en un papel que no valía nada.

Intenté aguantar, sabes que intenté aguantar, pero él cruzó un límite y yo tenía el poder suficiente. Así que frené su tiranía contra mí. Para siempre. Desde entonces, esta casa está maldita, María. Yo la maldije. La maldije para ellos. Y yo le dije a tu madre que la comprara. Para salvarla, para salvaros. Puedo salvaros. Porque, como bien sabes, soy una bruja.

María, sé que ahora mismo no entiendes nada y es muy probable que estés asustada. Lo comprendo, pero una vez nos encontremos, todo estará bien, todo se acabará. Solo tienes que hacer una cosa:

Baja al sótano, María, y no mires atrás una vez hayas cruzado el umbral que separa tu lado del mío.Te prometo que entenderás todo cuando llegues. Hasta entonces, te estaré esperando, protegiendo y observando.

Tu amiga para siempre, Laylah.

𝑇𝑒𝑠𝑡𝑖𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑜𝑐𝑢𝑙𝑡𝑜 Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon