Veneno

35 4 0
                                    

La luna había desaparecido dando paso al dios poderoso Rá, iluminando con sus fuerte fulgor la gran extensión de Egipto.

Los esclavos eran levantados desde temprano momento para realizar el trabajo forzado, tallando las rocas creando los rostros de sus faraones y dioses.

El abuso de poder era más que evidente, las extensas jornadas de trabajo, el poco descanso, la escasa comida, se podía contemplar a aquellos hombres con la avanzada desnutrición mientras que el faraón disfrutaba de sus manjares sin que nada le importara.

La triste mirada de Neferet observaba desde palacio hacia la lejanía, cuánto deseaba que las cosas pudieran cambiar para aquellas pobres personas que simplemente deseaban libertad.

Desvió su mirada de esas enormes contrucciones de figuras sin importancia a la vez que un suspiro cansado escapaba de sus labios, dirigió su andar hacia el espejo del harem observando su reflejo en este.

Aunque no se veía mal, no le gustaban los atributos que habían puesto sobre ella, la peluca típica egipcia con sus adornos de oro, un atavío demasiado revelador con los brazaletes dorados y pulseras.

No estaba adaptaba a nada de eso.

- La más bella mujer de todo Egipto....

Los nervios de Neferet salieron a flote al tener ante ella a asqueroso ser como era el comandante Inarus.

- Me tienes a tus pies...

La mirada seria y fría de ella se clavó sobre la pícara de ese hombre, inició su andar pasando por su costado, no tenía ganas de escuchar las estupideces que salían de su boca.

- A donde crees que vas? - la retuvo de su brazo - eres una concubina - la miró - tu deber es complacerme.

- Te equivocas - lo encaró - soy la concubina del faraón - se soltó de su agarre - no tuya - lo miró con asco - ahora sí me disculpas..

Retomó su andar hacia el jardín escapando de la filosa y rabiosa mirada de Inarus.

Soltó todo el aire retenido en sus pulmones una vez estuvo fuera de la vista de aquella víbora, abrazó su cuerpo tomando un respiro.

Las flores de loto florecían con ímpetu en el jardín, las palmas brindaban sombra y un ambiente más agradable al lugar, el estanque con su agua cristalina te incitaba a querer darte un refrescante baño en ella.

Su mente comenzó a viajar en sus pensamientos, debía idear un plan para enamorar al faraón y así escalar en el estatus social, quería lograr y hacer muchas cosas...y siendo una simple concubina no lo iba a lograr, pero ante todo quería....

Venganza

Una hermosa flor de loto tan blanca como las nubes se implantó en su campo de visión.

- Para ti...

Asombrada giró su cuerpo topándose con la única persona que deseaba ver con urgencia.

Apophis

Miró con cautela y asombro una vez más la flor, deteniéndose por último en su portador, su corazón se agitó golpeando su pecho, nunca ningún hombre había tenido semejante gesto con ella.

- Gracias - susurró tomándola - es muy hermosa...

Su delicada mano tuvo un pequeño roce con la suya poniéndola nerviosa, la oscura mirada de Apophis la analizó de pies a cabeza, ante sus ojos ella era la mujer más hermosa que había visto en su corta vida como faraón de Egipto.

- No tanto como tú...

Ambas miradas se conectaron, Neferet tuvo que alzar la cabeza para poderlo observar mejor, aquel hombre de fría y calculadora mirada, de actitud soberbia, despiadado con sus enemigos y amante de las mujeres...ahora se hallaba ante ella como un niño enamorado esperando recibir cariño a cambio.

Ambitious Women Where stories live. Discover now