" Tratados de paz "

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Habían pasado cuatro lunas desde su partida de Tebas, los días se le habían ido volando estando junto a su soberano, desde los tranquilos paseos que tenían por el navío hasta las comidas conversaciones que mantenían.

Pero muy poco lograba verlo un día completo, ya que la mayoría de su tiempo se la pasaba reunido con sus consejeros y escribas, todos estaban muy tensos con respecto al tema de la guerra.

Pero no sabía cómo siempre sacaba tiempo para estar con ella, Neferet acarició con delicadeza un fino collar de zafiros que adornaba su cuello, un lujoso regalo de Apophis hecho la noche anterior, realizando promesas de amor en su nombre.

Neferet caminó fuera de los aposentos  quedando deleitada con la hermosa vista del paisaje, Egipto era una preciosa nación, con sus arquitecturas y lujosos detalles, todo estaba fuera de su alcance de imaginación.

Las tierras alrededor del Nilo eran muy fértiles y Neferet lo comprobó al ver la abundante vegetación que había, sus ojos no sabían que admirar primero, todo era nuevo para ella, las pirámides hechas como tumbas de descanso para los faraones antig...

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Las tierras alrededor del Nilo eran muy fértiles y Neferet lo comprobó al ver la abundante vegetación que había, sus ojos no sabían que admirar primero, todo era nuevo para ella, las pirámides hechas como tumbas de descanso para los faraones antiguos eran más que admirables, parecía una ciudad de ensueño, la gran esfinge en la entrada principal dando comienzo a la indeleble ciudad.

Unos sirvientes pasaron por su costado realizando sus quehaceres, más fueron interrumpidos por una curiosa Neferet.

- Disculpa - le preguntó a uno de ellos - en dónde estamos?

- Estamos a salida de Menfis mi señora e inicios de Alejandría...

- Gracias - le dedicó una cordial sonrisa siendo correspondida por una reverencia - que tengas un buen día...

Sin más que decir el sirviente se retiró dejándola sola perdida en la iluminada ciudad.

El tiempo fue pasando dando paso a la tarde, Neferet estaba disfrutando de su almuerzo cuando escuchó las voceraciones de uno de los esclavos avisando que habían llegado a Alejandría.

Un cansado Apophis asomó su cabeza por el navío como aquel que dice, era la primera vez que lo veía desde hacía tres lunas atrás, se veía agotado, Neferet lo podía notar en su mirada, pero aún mantenía ese porte y elegancia de un faraón.

Una ligera sonrisa se formó en sus labios cuando divisó a Neferet sentada terminando su almuerzo con rapidez, una vez estuvo de pie junto a ella le tendió la mano esperando que ella la tomara acción que Neferet no tardó en tomar.

Con delicadeza la ayudó a ponerse de pie pegándola a su cuerpo en un cálido abrazo.

- Como está mi reina - susurró en su oído - no sabes cómo te extrañé estos días sin ti...

El corazón de Neferet dió un vuelco tras escuchar sus palabras, una inmensa alegría le recorrió el cuerpo, no quería admitirlo, no quería hacerlo, pero se estaba enamorando de ese hombre, sus acciones, sus relatos, su atención, todo de él le gustaba, se sentía perdida sin él.

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