" Palacio "

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Un incómodo silencio se formó entre los presentes, los leves y suaves sollozos de Hatep era lo único que se podía escuchar en el ambiente, la mirada de odio de Neferet se dirigió hacia el general y jefe de obra, si las miradas mataran estaba segura que estaría realizando un viaje hacia el más allá junto a Anubis.

El viento golpeó su rostro levantando un poco de arena en el proceso, el sonido de varias pisadas se comenzó a escuchar cerca de ella, como pudo abrió sus ojos observando el panorama, el cuerpo magullado de Hatep temblaba bajo el de ella, con preocupación abrazó más su cuerpo hacia ella brindándole apoyo y protección.

Varios guardias seguidos del general dieron media vuelta muy nerviosos alejándose de ella, rumbo hacia el encuentro con el faraón.

Su cuerpo dolía, cada gesto o movimiento que realizaba le hacía escocer la espalda, limpió las gotas de sangre que habían salpicado sus brazos a la vez que buscaba fuerzas para ponerse de pie y ayudar a Hatep.

- Neferet te encuentras bien?

La voz preocupada de Tut la hizo mirarlo, su rostro estaba fruncido, sus labios entreabiertos y la mirada recorría cada rincón de su cuerpo buscando heridas graves.

- Estoy bien..no te preocupes...

Su atención se centró en Hatep, mirara por donde mirara solo podía ver las heridas de su cuerpo, las lágrimas se comenzaron a acumular bajo sus ojos, le dolía verlo de esa manera, llevó sus manos hacia su pequeño rostro haciendo que él la mirara.

Aquella escena le rompió más el corazón, uno de sus ojos estaba morado, su mejilla golpeada y su labio partido, las lágrimas se deslizaban por sus mejillas mezclándose con la sangre, sorbió su nariz cuando la delicada mano de Neferet acarició sus mejillas limpiando signo de lágrimas y sangre.

- Ya pasó mi vida - susurró con ternura - todo va a estar bien....

O eso creía ella....

El gritó de uno de los guardias se escuchó en las obras llamando la atención de todos los presentes.

- Acérquense esclavos - gritó - el faraón quiere verlos!!!

Los murmullos de los esclavos presentes no se hizo de esperar, todos conocían el carácter del soberano de las dos tierras, y no era tan agradable que digamos.

Una pequeña mano se enrrolló en la cintura de Neferet, la mirada asustada de Neferet se dirigió hacia dichas manos dispuesta a enfrentar al atrevido que se dispuso a tocarla, más su mirada se relajó y dedicó una pequeña sonrisa cuando los ojos de la pequeña niña se topó con los suyos.

- Donde estabas Anat?

- Trabajando - hizo un puchero - vamos Neferet - tiró de su vestido rasgado - quiero ver al soberano.....

Aquellas simples palabras la hacia hervir de cólera, estaba dispuesta a enfrentarlo justo cuando lo tuviera delante, no era un faraón, no era más que un tirano.

Acompañada por Tut comenzaron a seguir a la aglomeración de esclavos que había en dicho lugar de las obras, podía observar un sin fin de soldados bien armados dispuestos a dar la vida por su faraón.

- Arrodíllense ineptos - gritó - ante su soberano!!!

Todos asustados comenzaron a hacer lo que les decían, desde el primero hacia el último todos comenzaron a inclinarse para su soberano en símbolo de respeto y sumisión, Neferet sintió como tiraban de su atavío desde abajo, desconcertada bajo la mirada y pudo notar como Hatep y Anat se hallaban en el suelo arrodillados, en si, todos lo estaban, la única que faltaba era ella.

- Tu esclava quieres que te maten - hizo una pausa - arrodillate!!!!

Neferet levantó la mirada hacia aquella voz, todas las miradas estaban sobre ella, tanto de esclavos y de guardias, pero solo había una que había captado su atención.

La mirada de Apophis no se apartó de la de ella, sus ojos casi se salen de su lugar, su boca entreabierta del asombro, no daba crédito a lo que veía, se suponía que estaba muerta, el mismo comandante se lo confirmó, como era posible....

Esa intensa mirada juraba que la había visto en alguna parte, un ligero dolor de cabeza se apoderó de ella, una serie de borrosos recuerdos llegaron a su mente.

Ella en un palacio danzando para divertir a los nobles

Ella huyendo de un hombre

Ella en un acantilado culpada de asesina

Un ligero mareo se apoderó de ella, se pudo escuchar un revuelto a su alrededor, abrió sus ojos nuevamente solo para encontrarse aquella intensa mirada a solo centímetros de ella.

Todos los esclavos se habían apartado haciendo un círculo a su alrededor junto con el faraón, su mano fue agarrada con fuerza tirando de ella, su cuerpo tembló cuando la mano de aquel hombre se posó en su espalda atrayéndola hacie él.

Podía ver odio y rencor en su mirada, le daba miedo, pero también podía ver algo más...como alivio y pesar.

- Deberías estar muerta maldita...

Aquellas palabras la tomaron por sorpresa, él deseaba verla muerta, no sabía que había hecho en el pasado para que el mismísimo faraón le deseara la muerte.

- Todo son unos ineptos - susurró para él - pero no te preocupes - la miró -yo mismo me encargaré de eso...

Se apartó de ella como si su piel quemara, Neferet se quedó desconcertada, no comprendía nada, unas pequeñas manos se enroscaron en sus piernas, era Anat, mientras que Hatep agarraba con fuerza su mano.

Los tres miraban con terror como el faraón le daba una orden a uno de sus soldados.

- Átenla y tráiganmela, partiremos enseguida.

- Como ordene...

El soldado captó su orden sujetando con sus manos una soga a la vez que con notoria seriedad se acercaba a Neferet.

De un empujón apartaron a los niños de ella, atando en el proceso sus manos, el llanto de la menor hacia eco en el lugar a la vez que Hatep intentaba consolarla, aquella escena le partió el corazón, no podían apartarla de sus pequeños, no lo permitiría.

Con una fuerza que ella creyó que no tenía se soltó del agarre, con pasos apresurados se fue acercando al soberano, que estaba de espaldas a ella listo para montar su carruaje, uno de los guardias la pudo detener haciendo que se arrodillara en las arenas.

- Mi soberano por favor - rogó con lágrimas en los ojos - iré a dónde usted quiera pero por favor - hizo una pausa - no me aleje de mis niños

El cuerpo de Apophis se fue girando de a poco quedando ante la mujer que alguna vez amó, no la perdonaría por el asesinato de su hermana, la llevaría consigo si, para hacerla sufrir por su error, después se encargaría de Inarus y su mentira, pero ahora, tenía ante él a su venganza.

Sus ojos se encontraron una vez más, algo muy en el interior de Apophis se removió, se negaba a sentir aquel sentimiento de nuevo...y con ella, su rostro serio y neutral la puso nerviosa , sus labios comenzaron a temblar, estaba rogando por la estadía de sus pequeños con ella.

- Por favor - susurró - se lo pido

Algo en él se negaba a decirle que no, no podía negarle nada ella, se sentía débil cuando la tenía delante, justo como en los viejos tiempos, sus labios se fruncieron ante la súplica de ella, la miró por última vez antes de darle la espalda y observar a uno de sus soldados.

- Los niños vendrán con nosotros...

Un suspiro de alivio, sus brazos se estremecieron del cansancio de sostener su cuerpo en la caliente arena, un soldado tiró de la soga haciendo que se pusiera de pie.

- Partimos!! - gritó - a palacio....


































Continuará.....

Ambitious Women Where stories live. Discover now