Hanekawa.

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Hanekawa Tsubasa era una joven chica que había llegado a la flor de su juventud. Era la delegada de la clase y tenía todo el aire y aspecto de una delegada. Era casi un cliché que ella fuera elegida como la delegada de la clase.

Pero ella encajaba con ese papel.

Con un aspecto de estudiante perfecta era casi un hecho que debía tomar ese papel. Lentes grandes que resaltaban sus hermosos ojos y a su vez le daban ese aire de chica estudiosa. Un peinado simple, práctico y le quedaba bien. Una doble trenza que se mantenía a cada lado de sus hombros adornados con pequeños moños con adornos de gatos. Su largo cabello negro se mantenía arreglado y perfectamente trenzado.

Luego, estaba otro aspecto que la destacaban cómo una estudiante modelo. Era de las únicas chicas de toda la escuela que vestían el uniforme escolar al pie del reglamento. No había botón fuera de lugar, no había escotes para mostrar, no había faldas cortas o demaciado largas. Su blusa de mangas largas estaba abotonada hasta el último botón del cuello y adornada con un lazo encantador. Sus mangas largas se mantenían en su lugar, no había forma de que enrollara sus mangas. Su falda se mantenía a la altura de las rodillas, no más ni menos. Vestía el uniforme lavado, planchado y los zapatos limpios.

No fue sorpresa para nadie que fuera una de las mejores estudiantes de la escuela. La favorita de los maestros. Era una señorita sabelotodo. Y había hecho honor a ese nombre al saber todo lo que los demás desconocían o necesitaban saber.

De ahí salió una frase muy típica entre los que la conocían.

Hanekawa tu lo sabes todo.

Aló que ella respondía.

Yo solo se lo que se.

Hanekawa había sido una persona que le gustaba leer. Añadiendo más conocimiento a su mente. Por eso no era de extrañar que al presentarse la posibilidad de aprender magia tomara esa oportunidad.

...

Desde que se había metido dentro de una dimensión de varias docenas de metros cúbicos, creada a partir de doblar el espacio interior de una maleta sabía que las cosas no volverían hacer lo que eran. Si algo como como el volumen interior de un objeto es superior a las dimensiones exteriores del mismo, en tonces en qué más se puede cambiar. Que más puedes ser diferente a lo que su conocimiento dictaba. Senegaba a quedar en la ignorancia.

Si bien el echo de que las existencia sobrenaturales como los vampiros podían existir, habían sido un duro golpe. Pero al menos tenían la constancia de que la humanidad creía en los vampiros desde la antigüedad. Y el poder a ver podido conose y hablar con dos de ellos en sus vacaciones fue de ayuda a su comprensión.

El conocer a Zero su novio y amante fue una experiencia inolvidable.

Desde ese día que conoció a Zero todo su mundo había cambiado. Vampiros, exorcistas, casadores de lo sobrenatural e incluso expertos en materia sobre natural. El mundo se había ampliado ante sus ojos.

Esa aventura con Zero y Kiss shot fue la experiencia más grande de su vida. Conocer a un guapo joven que se había convertido en vampiro solo un día después de que se conocieron. Ella entrando a este mundo y ayuadno a su amigo a volver a hacer un humano. Peleas con exorcistas, casadores de vampiros. Todos había sido emocionante y peligroso. Ella había muerto o almenos muy cerca de ello.

En el momento más intenso de la aventura ella y Zero habían llevado la pasion al límite. Una mezcal de amor, miedo y estrés los habían hecho caer en una pasión intensa.

La pirmera vez para una chica siempre era algo espacial. Y para ella lo fue. Aunque un almacén escolar no fue el mejor lugar. Pero ella paso si prieta vez con un sexy vampiro adolecentes que también era un ninja que estaba apunto de luchar contá su ama para regresar a ser un humano. Había leído suficientes novelas adolescentes de amor de vampiros como para saber que había logrado una de las fantasías de muchas chicas de su edad.

si tú no las amas. No es NTR. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora