Cita con Miu.

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Estaba por dar el medio día en ciudad Norte, el sol era cálido y las nubes que cubrían el cielo evitaban que fuera demasiado caluroso. El ambiente era animado con algunas personas paseando por la ciudad o dirigiéndose a otros lugares. Era la semana dorada. Un semana de vacaciones causado, un tiempo para pasar con amigos o parejas.

Zero estaba bajo la sombra de un árbol esperando a su cita de este día. Vestía con pantalones azules y zapatillas blancas, en su muslo había una pequeña bolsa multiusos y en su espalda otra bolsa más grande. Una consulte de mantener bolsas de herramientas a mano. Una camisa blanca sin mangas que mostraba su bien formado cuerpo y una camisa negra sin mangas que se veía ala moda. Si cabello se veían salvaje pero no despeinado y sus ojos profundos le daban esa mirada intensa que se complementaba con su aire de misterio que siempre lo rondaba.

Zero míro su reloj para ver qué hora eran. Había llegado quise minutos antes de la hora acordada. Estaba emocionado con la cita de hoy. Miu era alguna que amaba pero con quein su relación había dado un poco en Sona gris. Eran novios porque se besaban y se tomaban de la mano o incluso había hecho algunas cosas más calientes. Pero se había mantenido en un estado ambiguo.

Zero no estaba molesto con eso. Le gustaba Miu lo suficiente como para decir que la amaba. Pero con ella su relación se mantenía un poco por debajo que las demas. Con Hanekawa, Lala o incluso Shigure había llevado las cosas hasta el final.

No es que pensaba que era necesario que una relación tuviera que tener intimidad física para ser una buena relación. Pero como todo hombre que no se mientia a su mismo, esperaba que hubiera un poco más de contacto físico, besos, manoseos y más desnudos. 

Pero entendía que Miu no estaba muy altanto de las relaciones sociales y menos las románticas. Después de todo los años de su niñez se la paso entrenado en solitario con su abuelo, sin algún otro contacto humano. Luego estaba el hecho que ni siquiera sabía hacer amigos o entendía que estaba resubiendo los celos de sus compañeras de clases por ser demaciado perfecta.

En el club de gimnasia estaba siendo intimidada por las mayores que había opacado con sus sobre salientes capacidades. Esto llevo a que la pusieran a hacer los trabajos de limpieza del club y otras labores degradantes. Pero debido a la falta de sentido social de Miu no lo noto. Y menos cuando las chicas menores la idolatraban y ayudaban en los labores que las mayores la había puesto hacer.

Aunque Zero había probado la dulzura de una mujer, no tomaría a Miu por la fuerza o usando su inocencia ni manipulaciones. Podía ser un idiota impulsivo pero tenía su honor.

Además que su abuela fuera posiblemente uno de los humanos más podrosos del mundo yo tenía nada que ver. O eso se decía así mismo.

Zerooo! Estoy aquí! - Una encantadora voz saco a Zero de sus pensamientos. Cuando Zero miro en la dirección de su voz se quedó maravillado ante la vista.

Miu Furinji estaba en toda su sensual esplendor. Con sus largo cabello dorado que fluía por su espalda y su adorable ahoge moviendose en el viento. Sus ojos azules inocentes y sus labios tentadores que le sonreía.

Pero su figura era lo que más llamaba la atención de hombres y mujeres del alrededor. Con sus zapatillas deportivas de color rosa y blanco que enmarcaba sus largas y esbeltas piernas al descubierto. Sus deliciosos y tersos muslos expuestos que parecía brillar con el sol de este día. Vestia un mono de color rosado que apenas podía ocultar su perfecta figura. El traje de una pieza parecía un pequeño short y una camiseta sin mangas pero de cuello alto. El mono rosado se pegaba a su tracero como una segunda piel, demostrando el gran culo firme pero aún así suave. Su caderas anchas remarcadas por su estrecha cintura. El traje de una pieza estaba dividido al frente por un cierre que comenzaba por el ombligo y subía hasta el cuello. Pero esto era imposible debido al increíble par de pechos que no podían ser ocultados. Un escote que mostraba suficiente piel blanca y que amanazaban con reventar para dejar libres ese par perfecto de pechos. Y para terminar una chamarra blanca sin mangas que solo cubría sus hombros y enmarcaba aún más sus pechos al apretar más su figura.

si tú no las amas. No es NTR. Where stories live. Discover now