Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)

¿Cobarde?

Feliz navidad les desea la minion, el rascacielos con traje y yo. Felices fiestas gente bonita, que disfruten.

Capítulo 17

Enzzo

Mi mal humor empeora cuando recibo mensajes de Aarón y Simón preguntando sobre el asuntos de Rebecca. Cuando pienso que las notificaciones han parado, el teléfono empieza a sonar avisando que una llamada del molesto de Aarón ha entrado.

Acomodo la corbata de mi traje frente al espejo, suspiro cuando el sonido se ha detenido y maldigo cuando empieza a sonar de nuevo, esta vez con el nombre de Simón en la pantalla.

Harto, tomo el aparato y lo pongo en silencio para después guardarlo en el interior de mi saco. A penas van a ser las siente de la mañana y este par ya está molestando. El tema de Rebecca se ha esparcido por toda la ciudad y no nada más he recibido llamadas de ellos, sino que también de varios amigos de la familia y algunos socios que no estaban en la ciudad, es más, ni tan siquiera están en el país.Todos llaman preguntando si la noticia es cierta y si ya tengo pareja, otros ni se dignan a preguntar si es verdad solamente felicitan y parlotean.

El comunicado que dí ayer (el cual no estaba planeado) ha de ver llegado a oídos de todas esas personas. Algo que esperaba era que no llamaran más, pero no, volvieron a llamar "tristes" porque según ellos esto era una buena noticia.

Una de las personas afectadas dramáticamente por mis palabras dichas el día de ayer fue mi madre, le hacía ilusión.

—Buenos días— saluda una de las empleadas cuando entro al comedor y tomo asiento.

—Buenos días— contesta Hasley entrado detrás de mí al no contestar yo.

—¿Cómo amaneciste hermano?— pregunta tomando asiento a un lado de mí.

—Supongo que bien— contesto, mientras destiendo el periódico sobre la mesa mientras las empleadas sirven el desayuno.

—¿Lo qué dijiste ayer...?— sospecho de la pregunta que hará y la miro con cara de pocos amigos para que deje el tema de lado.

—No quiero que mi día se arruine, así que no quiero hablar sobre eso— asiente y se dispone a comer.

El coraje se extiende por todo mi cuerpo cuando escucho a alguien hablar sobre eso, me fastidia que estén pendientes de mi vida y quieran que de explicaciones hasta de porque respiro. Además, me recuerdan la pelea que tuve con Rebecca y el berrinche que hizo al renunciar.

Admito que eso quería, que se fuera porque sentía que era una amenaza, ¿Por qué? No lo sé, pero cada que la tenía cerca mi mente me advertía de esa mujer. Aunque... desde que se fue el ambiente en la ofician se volvió igual a como era antes, el lugar se siente vacío sin su presencia notoria ni su actitud positiva de todo el tiempo y su voz llenando los pasillos de la empresa. Sabía que debía alejarla y que se haya ido por su cuanta me quita un peso de encima. Me repito diariamente y a cada nada que eso era lo mejor.

—No lo puedo creer.

El exagerado llanto de mi madre se hace presente en el salón, mi hermana y yo volteamos a ver a la mujer que entra con las manos en la cabeza, dramatizando la situación y cuando creí que mi humor no podía estar peor, suelta el tema que he querido dejar de lado desde hace días.

—Enzzo Harper Medina— se planta frente a mí con las manos en la cintura.
Es la misma posición que tomaba cuando era chico y hacían alguna travesura.