Extra

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Siempre imaginé la perspectiva de Enzzo cuándo conoció a Rebecca aquel día en la calle cuándo casi la atropellaAsí que me he dedicado a escribir eso que pasó por su mente cuándo la miró por primera vez.

..........

El día en que te conocí

Enzzo

—¿Te enteraste que la modelo de la marca más reconocida del país está embarazada y de su jefe?

Entro al comedor y me encuentro con mi madre y hermana con sus revistas de chismes esparcidas sobre la mesa.

—Buenos días— saludaron las dos cuándo me vieron.

—Buenos días.

Me senté en mi lugar dónde me esperaba mi periódico del día. Leía las noticias más importantes sobre el mundo y pongo los ojos en blanco cuando las dos mujeres frente a mí comentan todo lo de la revista más famosa.

Las empleadas llegan y es ahí cuando dejo mi papel de lado, pero las mujeres siguen y debo respirar hondo cuando gritan y chillan emocionadas como adolescentes hasta el punto de provocarme un dolor de cabeza agudo.

Odio tanto que griten y mucho más cuando estamos comiendo, se supone que deberían estar comiendo en silencio o hablando civilizadamente.

—¿Podrían guardar silencio?— alzo la voz, con evidente molestia.—Parecen locas.

—Bueno, alguien aquí amaneció de malas— se burla Hasley y la miro sin gracia.

—Hablo de verdad— la miro de mala gana.
—Se supone que este lugar es para comer y no para estar de chismosas.

—¿Perdón?— cuestiona mi hermana.

—Hasley...

—Mira quién habla— me señala con su tenedor, interrumpiendo a mi madre.—Tú también te sientas a revisar tu estúpido periódico de abuelito.

—¡Hasley!— advierte mamá.

—Por lo menos mi periódico tiene información verdadera y no me hace chillar como puberta— le respondo y mi madre se pone roja.

—¡Enzzo...!

—¡Yo no tengo la culpa de que seas un amargado!— Deja la revista sobre la mesa.
—Todo te molesta, todo te inquieta, nada te satisface.

—Se le llama "no ser conformistahermanita.

—Eres un...

—¡Ya basta!— el grito de nuestra madre nos hizo parar.

Giramos a verla, tenía el ceño fruncido y sus ojos brillaban de enojo. Pocas veces se enojaba, de hecho sólo mi hermana y yo teníamos esa don de sacarla de quicio.

—Los dos guarden silencio y desayunen— nos señaló y agregó.—Y sin insultos.

Mi hermana se encogió de hombros y yo regresé a mi comida concentrándome en todo lo que tenía en mi plato. La mayoría eran verduras. Ricas y saludables verduras que me hacían muy bien. Lastima que no todos en esta casa pensaran igual, por ejemplo, mi hermana que comía puras cosas dulces.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora