El pasado en el presente

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Capítulo 31

Enzzo

Lo primero que veo al abrir los ojos es a Rebecca dormida boca abajo a un lado de mí. Tiene el cabello en el rostro, dejando desnuda su espalda y me atrevo a levantarme para dejar un camino de besos que sube hasta su cuello.

Siento como se mueve y le aparto el cabello chocolate para verla al rostro.

—Buenos días— murmuro contra su hombro.

—Buenos días— mantiene los ojos cerrados y me quedo embelesado con su rostro mientras ella se dispone a dormir de nuevo.

—¿Rebecca?— la llamo y le doy un beso en la mejilla.

—¿Mmm?— frunce el ceño y sonrío por sus gestos.

—Te amo— confieso contra su oído y abre un ojo haciéndome reír.

—Yo también, señor Harper.

—¿Iniciando la mañana con formalidad señorita Villanueva?— alzo una ceja y sus labios se expanden en una hermosa sonrisa.—Por qué si es así, déjeme decirle que anoche estuvo estupenda.

—¡Enzzo!— chilla y se tapa con la sábana escondiendo su rostro rojo.

—Las marcas de sus uñas están en mi piel, señorita— me burlo.

Anoche fue una de las noches que jamás olvidaré. Rebecca y yo nos entregamos el uno al otro y fue lo mejor que pude sentir. Tenerla a ella de esa forma, tan mía y sólo mía. Sentir su cuerpo junto al mío fue maravilloso. Daría todo por tenerla así siempre, sólo conmigo y para todo.

—Deja de burlarte— pide.—Porque si a esas vamos, también tengo cosas que decir.

—¿A sí?, ¿Cómo qué?— baja la sábana dejando sus ojos por fuera.

—Eres un salvaje. No me dejaste dormir en toda la noche.— sonrío con cinismo y me monto encima mientras ella se esconde de nuevo.

—¿No te gustó?— bajo la sábana y me inclino para besarla.

—Ese es el problema— recibe mis besos y deja que le quite más la sábana.—Me encantó y te odio por eso.

Rio con fuerza y paso uno de mis brazos por su cintura pero me alarmo cuando hace una mueca.

—¿Te duele?— pregunté y la solté con delicadeza.

—¿Qué parte de es un salvaje no entendió señor Harper?

—Y yo que quería más— la miré con picardía y me reprendió por eso sentándose en el colchón.

—Ponte cómoda— me levanté y recoji mi bóxer del suelo para ponérmelo cuando escuché el timbre.—El desayuno ha llegado.

La dejo en la habitación después de ponerme también el pantalón y bajo las escaleras. Al abrir una de las personas que trabaja en el edificio me entrega las bolsas de comida junto con una bolsa donde pedí ropa para ella.

Me voy a la cocina por platos, cubiertos y vasos para servir y regreso por las escaleras. Al entrar de nuevo observo a Rebecca salir del clóset con una camisa mía puesta, la cual le queda por arriba de las rodillas y bastante ancha. Camina con lentitud y hace muecas al sentir dolor y empiezo a reprocharme del porqué usé tanta fuerza con ella. Soy el cuádruple de grande que ella y mucho más pesado.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Where stories live. Discover now