Conmigo estás a salvo

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Capítulo 37

Enzzo

Vi como Rebecca corría a las escaleras y Luisa me detuvo por el brazo para que no fuera detrás de ella.

—Déjala sola un momento— dijo en todo triste.—Lo necesita.

Me costó hacerle caso y me quedé en la sala junto a Madison que también había sido detenida por Luisa para que se quedara aquí.

Me costaba creer que las personas que estuvieron hace unos segundos sean la familia de Rebecca. No entiendo como pudo soportar a cada uno de ellos por largos años en donde solo recibió maltrato, desprecio e indiferencia. Y aún así no entendía como ella era tan buena con todos y feliz con el mundo.

Miré como Luisa iba a la cocina y fui detrás de ella para confesar lo que quería hacer. Era algo que me había rondado por la cabeza desde hace días y haría lo imposible para realizar lo que pensaba por muy loco que le pareciera.

—Luisa— la llamé y se dio la vuelta retirando las lágrimas. Tal vez no era momento de decirle pero no quería dejar pasar más tiempo.

—Necesito decirte algo.

—Dime— pidió y le solté lo que traía en la cabeza sin miedo de ver la reacción que tendría, y, que probablemente no sería buena.

—Quiero llevarme a Rebecca conmigo.

Sus ojos se abrieron sorprendidos junto con su boca que no sabía que decir, su rostro se puso pálido y se agarró de la isla de la cocina mientras yo la observaba del otro lado.

—¡¿Qué?!— chilló.

—Quiero que Rebecca esté conmigo, que venga a mi casa para tenerla cerca y cuidarla— dije lento y calmado para que ella procesara mis palabras.

—No— negó inmediatamente.—Eso no puede ser...

—Ella no puede quedarse aquí después de todo lo que pasó.

—No puedes quitarme a mi niña— más lágrimas bajaron de sus ojos y me negué a doblar mi brazo.

No me gustaba tener que separar a Rebecca de su familia pero mucho menos me iba a gustar que le pasara algo parecido o hasta peor después esto. Necesitaba tenerla cerca, poder verla a cualquier hora y cuidar de ella, no dejar que le pasara algo y protegerla del mundo entero si hacía falta.

—No puedes alejarme de ella— lloró.

—Podrás ir a verla cuando quieras.

—¡No! ¡No quiero que te la lleves!

—Es por su seguridad. Conmigo estará mejor protegida— argumento y niega con la cabeza, cerrada a cualquier explicación.

—No...

—Entiendo que te preocupe por ella pero también entiéndeme a mí— me señale y me miró con pena.—¿Quién me garantiza que no se volverá a meter a esta casa ese infeliz y que le haga algo peor? Ustedes no estaban cuando eso ocurrió, estaba sola si  ninguna protección y me volvería loco si le pasara algo más.

—Pero es mi niña...

—Y es la mujer que amo— sentencio con dureza, dejando caer mis puños sobre la isla de la cocina.—Ese infeliz quiso matarla una vez, huyó a no sé dónde y su familia le tiene un desprecio que me cuesta pensar que no se atreverían a hacerle algo. Yo no puedo estar muy tranquilo sabiendo todo eso y teniendo a Rebecca a kilómetros de distancia.

Agachó la cabeza procesando mis palabras. Sabía perfectamente que lo que le decía era cierto; ellos no estaban y nadie pudo hacer nada para evitar esa tragedia que casi le cuesta la vida... ¡maldición! Tan solo de pensar en eso siento perder la cabeza.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Where stories live. Discover now