Hotel Taylor

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Capítulo 40

Enzzo

Dos meses después...

El tiempo había pasado volando de una manera sorprendente. Las cosas habían ido evolucionado y todo salía bien en la empresa hasta el punto de terminar con el Hotel Taylor y asistir a la inauguración que sería esta misma noche.

Marcos nos había dado habitaciones para hospedarnos y estar cerca del lugar para no tener necesidad de ir y venir a cada rato debido a que mi equipo de trabajo seguía trabajando para que todo estuviera en orden.

El caso de Nicolas estaba cerrado, después de que lo encontraran en Europa lo trajeron a Chicago y lo sometieron a un juicio. Al principio Rebecca no podía ni verlo pero le perdió el miedo y al final le dieron su sentencia. Pasaría quince años en prisión y recibiría su merecido. Por otro lado Rebecca estaba mucho mejor, desde que ese hombre estaba encerrado ella estaba más tranquila. Su recuperación fue rápida y ya estaba como nueva siendo la Rebecca de la que me había enamorado.

También estaba la cuestión del anillo que se haría viejo entre mi traje sino me decidía a dárselo. Esa misma joya me había quitado el sueño varias noches donde me dedicaba a apreciar a mi novia y sostener el anillo entre mi mano. Estaba muy indeciso y no por no estar seguro de lo que haría, sino como lo haría.

Pero por fin de tanto tiempo había decidido pedirle que fuera mi esposa esta misma noche en uno de los jardines del hote, el cual quedaba apartado del lugar y estaba decorado para cenar y entregarle el anillo que ansiaba tocar su piel.

¿Estaba nervioso?

Por supuesto que sí. Rebecca era lo que más quería y no tenía ni una sola duda de la decisión que tomaría.

—¿Rebecca?— toqué la puerta de su habitación. Quedamos que nos encontraríamos frente al elevador pero ella no estaba.

—Hola— saludó con una sonrisa cuándo abrió la puerta.

Inevitablemente paseé mi mirada desde la punta de sus pies hasta las hondas que se había hecho en el cabello. Regresé a sus ojos pensando que no me podría contener aquella noche.

Un vestido color rosa palo por debajo de sus rodillas adornaba su precioso cuerpo, tenía las mangas caídas y una abertura en la pierna izquierda.

—Estás preciosa— sonreí y la tomé de la mano para que diera una vuelta en su lugar.
—Definitivamente tendré que tenerte pegada a mí toda la noche.

—¿Por qué?— ríe y entro para abrazarla por la cintura y besarla.

—¿Por qué? Porque allá afuera habrán zopilotes carroñeros con su atención en ti— beso su boca con más intensidad y paso una de mis manos a su nuca.

—Sólo quiero tu atención— murmura sobre mis labios.

—La tienes desde la vez que me dijiste idiota.

La hago reír recordando el momento en que nos conocimos en aquella calle de Chicago. Recuerdo todo a la perfección, capaz de decir cada detalle de ese día en que conocí al amor de mi vida.

—Tengo algo para ti— se aleja y me quejo sintiendo un vacío aterrador.

Miro como saca una caja color café del mueble de madera, se acerca a mí con paso vacilante y me la extiende con duda.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Where stories live. Discover now