Gimnasio

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Un suspiro salió de sus labios al sentir la voz del contrario en su oído, por quinta vez en el día.

-Juan, seguí subiendo, tenés que entrenar para la velada boludo, aparte pesa un huevo esta mierda.

Sintió el leve gruñido del oso, debía calmarse, se había olvidado completamente que el contrario estaba ahí ayudándolo con las pesas.

-Sisi, ya voy, perdón.

Tuvo que seguir como si nada, levantando y bajando pesas sabiendo que cada que bajaba, el oso gruñia al sentir como rosaba esa parte, "inconscientemente". Claramente todo eso lo hacía con una sonrisa al saber que el oso reaccionaba de esa forma por él.

-Para... Deja- deja de hacer eso, deberíamos seguir con otro ejercicio.

-Esta bien, si eso quieres hagámoslo.

La mirada que le dedicó el contrario después de analizarlo de arriba para abajo le hizo sonreír, se acerco a otra máquina moviendo las caderas y estirando sus brazos.

-Dios, basta.

Eso fue lo último que escuchó del contrario que segundos después ya lo tenía acorralado en la pared, con su rostro entre el hueco de su cuello y sus manos en su cintura.

-¿Te gusta jugar este juego? Hijo de puta.

Jadeó al sentir el aliento del contrario en su cuello y sus manos apretar su cintura.

-¿A ti no te gusta que lo juegue? Puedo dejar de hacerlo...

El gruñido del contrario fue suficiente para saber su respuesta, y los besos en su cuello se lo confirmaron.

One shots [Spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora