Juego

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El de celeste con blanco sonreía con superioridad mientras levantaba la copa con sus compañeros de equipo, estaban eufóricos.

Hasta el momento en que tuvieron que irse al vestuario, aún saltando, algunos se quedaron hablando con los periodistas y- y otros eran arrastrados por un largo pasillo por un mexicano furioso.

-¿Me podés soltar? Calmate un poco wacho.

-"Mi pidis siltir"

El mexicano pegó al oso a la pared, con fuerza.

-¡Eres un estúpido! ¡Estúpido y sucio!

-Shh, calla enano.

La sonrisa que tenía el más alto era solamente por ver al más pequeño de esa forma.

-No te podés enojar conmigo porque te empujé sin querer en la cancha.

-¿Crees que no?

El oso se acercó a la cara del más bajo y le susurró rozando sus labios.

-Claro que no, ¿Te enojarías por un accidente?

El hechicero frunció el ceño pero no se alejó, si Spreen quería jugar ese juego él también lo haría.

-Posiblemente sí, más si me lo hizo un oso apestoso.

Eso se lo dijo en su oído, soltando un suspiro después de la última palabra.

-¿Sabes lo que más disfruté del partido, oso?

Spreen estaba tenso, juan lo sentía.

-Cuando metí el gol para quedar empatados y ver como te enojabas porque mis compañeros me abrazaban.

Un pequeño gruñido hizo que Juan sonriera.

-¿Que sucede, osito? ¿Te pusiste celoso y te frustraste porque no pudiste detener al hechicero?

Una pequeña risa salió de los labios del más bajo, el oso lo tomo de la cintura y lo pegó a él, escondiendo su rostro en el cuello del contrario importandole poco si estaban sudados.

-Basta Juan, lo único que quería hacer era correr y recordarle a todos que eres mío.

El oso soltó un suspiro, eso hizo estremecer al hechicero, que ahora mismo estaba enredando sus dedos en los cabellos del más alto.

-Pero no lo hiciste, Mmm, si no mal recuerdo Barca me dijo que si podía ir a cenar después con él, ¿Crees que se-

El oso no lo dejo terminar porque rápidamente lo beso, las posiciones se cambiaron y ahora era Juan pegado a la pared.

El beso no era para nada calmado, los dos estaban tratando de tomar el control.

Se habían olvidado que cualquiera podría verlos si tan solo se asomaba, lo recordaron al escuchar risas y silbidos.

El oso gruñó al separarse, el de anteojos soltó una pequeña risa escondiendose en el cuello del más alto.

-Al parecer tenemos compañía.

-Silencio, Gafotas.

One shots [Spruan]Where stories live. Discover now