Celos

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Juan miraba en silencio a la rubia, tratando de ignorar los muy "pequeños" celos que sentía.

-¿De verdad no harás nada?

Le preguntó el Mariana, mirando como la rubia seguía tratando que el oso la notara.

-No, ¿Por que lo haría?

-Eres novio de Spreen.

-Por eso Spreen debería decirle algo, no es mi obligación.

Se cruzó de brazos, molesto.

-¿Puedes creer que le dijo sin dudar a Aro que lo iba a enamorar? Dios.

Mariana lo miró divertido.

-Tal vez lo logra.

-Cállate.

Los dos miraron como el oso ya se veía cabreado, sonrieron.

-¡Mayichi! Dios mío, ¿No podés irte con Cris o algo a joder por ahí?

-Pero tal vez necesites ayuda...

-No, gracias, tengo a Juan y al Mariana para que me ayuden, te podes retirar.

La rubia hizo una mueca y se acercó mucho al oso, eso alertó al hechicero.

-Ya... Pero yo también puedo ayudar...

Al estar cerca, iba a tocar la mejilla del oso, pero un jalón la hizo alejarse y soltar un pequeño quejido.

-¿Te hice daño? Perdón, venía a decirle algo a mí novio.

Al decir eso Juan, se acercó al oso poniéndose enfrente de el y mayichi, con el ceño fruncido.

-Igualmente escuché como te mandó a tomar por culo, tal vez deberías seguir su consejo.

Mayichi frunció el ceño e ignoró el comentario de Juan.

-¿Como que novio? ¿Qué?

Spreen estaba sonriendo, Juan lo sabía, pero lo iba a ignorar.

-Sí, soy su novio, ¿No lo sabías? Oh, lo siento, llegaste tarde.

Los brazos en su cintura y el beso en la mejilla que sintió lo hizo sonreír levemente.

-Y, amor, no le hablés tan feo, ella no sabía.

Mayichi parecía que se quería meter bajo tierra, y si seguía coqueteando con Spreen posiblemente terminaría en otra dimensión. un suspiro molesto salió de sus labios, mirando a los novios.

-Bueno, entonces me voy, lo siento por molestar.

Al ver como la rubia se retiraba, Juan se alejó de Spreen y lo miró molesto.

-¿Porque no le dijiste nada? ¿Ibas a dejar que te besara?

La sonrisa del oso no se borró.

-Y, no amor, obvio no, pero ¿Que querés que hiciera? Pensé que no querías que nadie supiera, no lo sé, le iba a escupir.

Eso hizo que la risa del Mariana resonara por toda la sala, una sonrisa apareció en los labios del hechicero.

-Eres un pendejo.

Se acercó nuevamente al oso y le dió un pequeño beso, el grito del Mariana no se hizo esperar.

-Uhh, No antojen.

Spreen ignoró olímpicamente al Mariana y beso nuevamente al hechicero, está vez más largo.

-No creas que por este beso te voy a perdonar, Oso pendejo.

-Shh, Calla Gafotas.

One shots [Spruan]Where stories live. Discover now