Perdón

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El hechicero vió llegar a su pareja en silencio, venía nuevamente borracho y con chupetones por el cuello, eso removió algo en su interior.

-Por fin llegas.

Fue lo único que se escuchó después del sonido de las llaves siendo dejadas en la mesa, el oso suspiró.

-¿Que haces acá? Deberías estar durmiendo.

-¿Quieres que duerma mientras tú te revuelcas con otra persona en mi puta cara, Spreen?

El oso se acercó, el hechicero retrocedió.

-Perdón, estaba tan borracho que no sabía lo que hacía... No volverá a pasar.

-Dos meses de matrimonio y los dos meses me hiciste lo mismo, ¿Crees que te voy a creer?

La voz del más bajo se escuchaba rota, pero estaba tratando de ser fuerte.

Spreen lo único que quería hacer era abrazarlo y pedirle disculpas de cualquier forma.

-Quiero el divorcio, Spreen.

Todo se quedó en silencio, el oso miró al más bajo, el hechicero evitaba su mirada.

-Mirame.

Se acercó, el más bajo retrocedió y negó con la cabeza.

-No.

El oso lo miró en silencio, un silencio que asustó al más bajo.

-Dime mirándome a la cara que no crees que puedo cambiar.

-Basta, Spreen.

Lo último que vió Juan fue cuando el oso le tomó la mano y se arrodilló enfrente de él, se quedó en silencio mirándolo.

-Bonito... No sé la razón por la cual hice todas esas cosas estos dos meses, pero los besos en el cuello no pasaron más de eso, no te iba a engañar, te amo tanto, de verdad, perdóname, déjame demostrarte que puedo hacerlo bien.

El hechicero soltó un suspiro tembloroso, las lágrimas se acumularon en sus ojos.

-Spreen... No lo sé.

Se alejó de Spreen en silencio, el oso lo miró.

-Necesito tiempo...

El oso de levantó y suspiró.

-Está bien... Te dejaré, pero por favor, recuerda que te amo ¿Si, bonito?

El hechicero asintió mirando el suelo, lo último que sintió fue un beso en su cabello y la puerta de la entrada siendo cerrada.

Cuando sintió la puerta, lo único que pudo hacer fue caer de rodillas mientras se tapaba la cara.

[...]

-Lo del tiempo eran dos o tres días cabrón, no era necesario que hicieras esto.

La risa que salió sonó más como un lamento, se tapó la cara.

-De verdad estaba pensando en perdonarte, extrañaba tanto tus abrazos... Y ahora, ahora no podré tenerlos más.

Un sollozo salió de sus labios.

-Han pasado dos meses y aún te sigo amando, siendo que lo primero que debí hacer fue odiarte y reírme de que ya no estuvieras... Pero no pude, no puedo, te extraño tanto.

Apretó las flores que tenía entre sus manos.

-Espero que nos reencontremos en otra vida y podamos ser felices... Porque la verdad no sé si podré seguir viviendo sin tí.

Otro sollozo abandonó sus labios, nuevamente se tapó la cara.

[...]

Lo último que escuchó fue una bocina que lo ensordeció.

One shots [Spruan]Where stories live. Discover now