Deseo

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Los ojos rojos de Juan dejaban en evidencia lo enojado que se encontraba, la tensión en la habitación desbordaba y la sonrisa de burla que estaba dibujada en la boca de Spreen era claro de que solo le daba risa.

—¿Ya te calmaste, pequeñín? –El tono de burla era claro, Juan apretó sus puños. —Pareces estar... Caliente… –Un gruñido salió de los labios del más bajo, junto al humo que soltó dejando claro lo enojado que estaba, el pelinegro se acercó a paso lento.

—¿Tanto te jodió que ayer me encontrara con él…? –Se acercó a su oído, soltando un suspiro, para luego susurrar. —¿Está celoso, señor…?

Un quejido bajo salió de sus labios mientras se removía al sentir la respiración del contrario en su oído, sus ojos se pusieron rojos nuevamente cuando se giró para encararlo molesto.

—¡Eres un estúpido! ¡Ni siquiera deberías estar aqu… –Una exhalación salió de su boca al darse cuenta de que el pelinegro estaba a un centímetro de él, lo vio relamerse los labios lentamente, tan seductoramente como solamente él podía ser, cerro los ojos al sentir su interior removerse.

—¿Sucede algo… señor? –Abrió los ojos al sentir como sus piernas eran enrolladas por el demonio, removiéndolo de su lugar, logrando que se tuviera que afirmar de su pecho al casi caerse, una risa ronca salió de los labios de Spreen, logrando que soltara otro gruñido a centímetros de su cara, el más alto cortó esos centímetros.

—Me enciende verlo así de molesto… –Su respiración se entrecortó al sentir la lengua del demonio pasar por la comisura de sus labios. —Incluso creo que me divierte… entender que estás celoso… –Un pequeño quejido salió de él, al sentir como se rozaban sus labios, sus manos se agarraron a la camisa del pelinegro.

—Me encantas tú, Juan… me encantas como la primera jodida vez que te vi… Nunca dejarías de ser el único para mí… –Sintió como mariposas carnívoras revoloteaban en su interior, una mordida en su labio lo hizo jadear, logrando que juntaran sus labios, empezando una batalla de deseo que no acabaría fácilmente, pero les encantaba.

Su lengua se abrió paso en la boca del castaño, mareandose con el deseo que había ahora en su mente, su mano viajó a su cintura y su respiración se cortó… pero..

—¿Spreen? ¿Juan? ¿Están aquí…? –La puerta se abrió de golpe, Elisa los miró en silencio, notando como estaban separados casi un metro y rojos. —¿Estaban… peleando…? –La chica se veía confundida, pero la mirada de odio que le dedicaba Spreen la hizo notar como sus cuernos resaltaban con su cabello, junto a los colmillos que se notaron a la vez que gruñía.

—¡No es de tu incumbencia, Elisa! ¡La pelea era privada! –El gruñido que salió de los labios de la pelinaranja mientras volvía a cerrar las puertas lo hizo soltar un pequeño “ash” al mismo tiempo que volvía a tener la sonrisa del inicio y se giraba lento a mirar al castaño. —¿En qué estábamos… Ju –Su sonrisa se borró lentamente mientras soltaba un quejido furioso que resonó en toda la habitación al ver que el otro demonio no se encontraba donde estaba, y lo único que quedaba era su saco, que se sacó al querer pelear.

Las luces de su habitación se apagaron mientras sus ojos se resaltaban con el tono rojizo… no fue nuevo ver a Juan nervioso, no queriendo acercarse a la habitación del otro demonio.

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Tengo esto escrito desde hace una semana, no me juzguen...(?

Espero les guste :3.

One shots [Spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora