One shots [Spruan]

Chico Bonito

-Barca le pasa la pelota al Hechicero... ¡Ojo con el hechicero que lo puede hacer nuevamente, ojoo! ¡Noo! Se quedó con el arquero, sí, no pudo seguir.

Juan se apoyó en el hombro del arquero suspirando frustrado, estuvo apunto de meter gol pero se tropezó, el pensamiento de "que estúpido" no tardó en llegar.

Mientras el hechicero entraba en crisis, el arquero estaba analizando que tenía a un chico muy lindo casi encima suyo, se veía frustrado.

-Eu, levantaté, vos podés.

El arquero le tocó el hombro, hizo que el más bajo se sobresaltara al ver como estaba.

-Perdón, perdón.

Se levantó rápidamente y ayudó al pelinegro a levantarse.

-No pasa nada, chico bonito.

El más bajo miró al arquero unos segundos mientras sus mejillas se volvían rojas, hasta que escuchó el silbato, le dedicó una leve sonrisa al más alto y rápidamente se volteo para volver al partido.

[...]

-¡Che, chico bonito!

Eso hizo que todos los mexicanos voltearan a ver al arquero, curiosos de a quién le hablaba, se sorprendieron al ver que su capitán se acercaba a paso lento, mirando el suelo.

El argentino sonrió al ver al pelinegro acercarse, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca le revolvió el pelo.

-Lo hiciste re bien, eres rápido.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del castaño, miró divertido al pelinegro.

-No deberías decir esas cosas de alguien del equipo rival.

-Lo dice el que prácticamente durmió en el hombro de su rival en medio del partido.

El oso soltó una risa y el hechicero frunció el ceño, aún manteniendo la sonrisa.

-Eso no quita el hecho de que te metí dos goles eh, cabrón.

-Es que me dejo ganar por personas bonitas.

La risa del hechicero no se hizo esperar mientras se tapaba la cara, para tapar su sonrojo.

El oso se acercó sonriendo y lo abrazó por los hombros, mientras comenzaban a caminar a los vestuarios.

-Che, te verías re bien con mi camiseta.

-Me quedaría gigante.

-Por eso, te verías más bonito.

-Si me quieres besar tienes que decirlo eh.

El tono de sarcasmo no de hizo esperar, pero aún mantenía una sonrisa en el rostro.

Lo que no se esperaba el hechicero fue el beso en la mejilla que sintió después de un momento en silencio.

-Me iré a duchar, nos vemos después, bonito.

Se quedó mirando como el oso entraba a los vestuarios, una sonrisa boba se poso en sus labios y el calor en sus mejillas no se hizo esperar.

-Que pendejo...

-¡IHHH JUAN TIENE NOVIOOO!

Los gritos en la puerta del vestuario mexicano hicieron saltar al hechicero que rápidamente se tapó la cara al sentirse descubierto por sus compañeros.