cincuenta y dos

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CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS
❝Noche intensa❞

—¿Seguis de malhumor?—susurró Emiliano en un tono divertido mientras abrazaba a Pilar por detrás. Once y media de la noche y ambos ya estaban acostados. Una fuerte lluvia se hizo presente minutos antes.

Emiliano no podia dormir asi que optó por molestar a su novia, quien estaba con la peor de las ondas.

Pilar dejó escapar un ruido molesta para que se callara de una vez por todas y Emi rió por lo bajo.

—Eso fue un si.

—Amor—murmuró suavemente Pilar con los ojos cerrados intentando conciliar el sueño—Si tanto valoras tu vida te pido por favor que hagas silencio.

—No tengo sueño.

—Lo ideal sería que te duermas de una vez si mañana vas a salir tus chiquitos—susurró.

—Es demasiado temprano para dormir. Hay cosas más entretenidas para hacer a estas horas de la noche.

—Decis una palabra más y dormis en el sillón o en el patio.

—Una palabra más.

Pilar suspiró molesta y se aferró más a la almohada que tenía entre sus brazos. Emiliano sonrió levemente observándola a pesar de que le diera la espalda. Después la abrazó un poco más y depositó un calido y tierno beso en su mejilla.

—¿Por qué abrazas una almohada teniendome a mi cerca tuyo?

—Porque la almohada no rompe tanto las pelotas como vos lo estás haciendo.

—Auch—rió—¿Te puedo hacer una pregunta?—interrogó. Pilar abrió los ojos lentamente por la pesadez en su vista. Las ganas de tirarlo de la cama o de encajarle una piña aumentaban cada vez más.

No es mala idea seguir los consejos de Cristian antes de la medianoche.

—Ni siquiera Alma habla tanto cuando viene a dormir conmigo—susurró y rodó los ojos negando—¿Que querés preguntar Emi?

—Prométeme que no te vas a enojar y que tampoco lo vas a tomar como una escena de celos porque no lo es.

—Si dale, prometo no estampar tu cabeza contra el borde de la cama.

—Si te dieran a elegir entre Joaquín y yo, ¿a quien elegirías?—preguntó repentinamente. Pilar frunció el ceño confundida y lo miró.

—¿Eh?

—Solo es una duda random, obvio...

—¿Que Joaquín?

—Correa.

Pilar suspiró pesadamente y se dió vuelta mientras Emiliano aún rodeaba su cintura con sus brazos.

—Amor son casi las doce de la noche y no puedo creer que me estés preguntando algo así solo por lo que te dijo Gonzalo—murmuró mirándolo y negó cansada—Y obvio que a vos, pedazo de pelotudo. Con Joaquín nunca crucé ni dos palabras—finalizó y el arquero suspiró aliviado.

Un cagazo menos.

—¿No podías dormir solo porque querías preguntar eso? Sos un tarado Emiliano.

—Mejor olvidá que alguna vez te pregunté eso—comentó y apoyó la cabeza en la almohada sin despegar la vista de la pelinegra—Sos tan linda...

—Con un halago no vas a conseguir que te perdone por no dejarme dormir.

—Estás de malhumor por lo de tus viejos, ¿verdad?—preguntó y Pili apretó los labios—Tranquila Pili, no creo que sean capaces de querer quedarse acá en tu casa.

LAVENDER HAZE: Dibu Martinez Where stories live. Discover now