cincuenta y ocho

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CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO

"Mientras yo no esté eviten agarrarse a las piñas entre ustedes. ¡Si hacen algo los echamos a los tres de una patada en el tuje"

Esa fue la amenaza de Alma minutos antes de que Pilar la llevara a la escuela. La pelirroja se había despertado con buen humor como es de costumbre.

De buen humor hasta que Emi y Pilar descubran que se sacó un cuatro en el examen de inglés.

El día había comenzado y los tres mayores de la casa se ignoraban entre ellos después de lo sucedido el dia anterior. Rocío evitaba mirar a Pilar. Pilar se limitó a dirigirle la palabra a Emiliano. Y Emi... bueno, Emi seguía normal y con la unica persona de la cada con la que tenia problemas era con su novia.

El "mini divorcio" no duraría mucho tiempo. Pero se sentía raro no despertar con su compañia por un solo dia y ver como ella se encargaba de ignorarlo en cada oportunidad que intentaba hablarle.

Quizás necesitaba su propio espacio  y quería evitar más discusiones.

La que necesitaba estar sola al desayunar es Rocio, quien se encerró en su cuarto después de preparar una bandeja con una taza de té y galletas.

Actualmente ambos se encontraban en la cocina preparando cada uno su desayuno. Emiliano apenas empezaba y Pilar en una hora ya iba por la cuarta taza de café. El arquero quería hablarle y aprovechar que la tenía al lado, pero ella estaba decidida a no mirarlo.
Emiliano suspiró y dió un sorbo al té después de agregar y mover el azúcar.

—Eso era sal, no azúcar—comentó Pilar y bebió un poco de su café. Emiliano escupió lo que tenía la boca al sentir el sabor amargo de la sal dentro de su boca. Pasó la mano asqueado por labios y hizo un gesto de desagrado.

—Al menos me dirigiste la palabra por primera vez después de más de diez horas—murmuró asqueado por el gusto que le quedó y puso la taza nuevamente sobre la mesada. Pilar rodó los ojos y continuó con lo suyo.

Emiliano posicionó una mano sobre la mesada y fijó su vista en ella.

—¿Hasta cuando vamos a estar así?—cuestionó confundido por su actitud y Pilar lo ignoró.

—Apenas es un día.

—Amor...

—Con un "amor" tan dulce y delicado no vas a lograr nada.

—No te hice absolutamente nada y estás descargando tu bronca conmigo. Sabelo—le recordó—Solo intenté ayudarte y vos entendiste cualquier cosa.

—Ay disculpa—se tocó el pecho fingiendo indignación—¿Te parece que estoy siendo histérica o dramática?

—Otra vez con lo mismo—suspiró frustado y se acercó a ella—En ningún momento quise darte a entender que lo seas.

Su mente dice que si, pero para evitar empeorar las cosas dice que no.

—Y yo no estoy descargando mi bronca con vos.

LAVENDER HAZE: Dibu Martinez Where stories live. Discover now