sesenta

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(ME MUEROOOOO. NO QUEDA NADA PARA LOS 200K DE LECTURAS y 2K DE SEGUIDORES. MUCHAAAAACHOOOS)

(Este es un cap corto!)

CAPÍTULO SESENTA
❝¿Hermosa mañana verdad?❞

Pilar casualmente despertó sonriendole a la vida, con un mejor humor a diferencia del día anterior y con más ganas de vivir que nunca. Muy raro en ella después de haber estado con su peor cara de culo durante dos días seguidos.

"Casualmente"

Repentinamente todas las ganas de asesinar al primero que se le cruce se esfumaron en tan solo un día.

Esa increible y divina casualidad tiene nombre y apellido, Emiliano Martinez. Mejor conocido como el hombre que la hizo sentir en el paraíso con tan solo una noche intensa de pasión.

Durante unas semanas Pilar estuvo en modo "no me presiones katy, aun no estoy listo". Pero finalmente cayó rendida ante los encantos de su novio.

Después de una discusión durante la noche las cosas se volvieron intensas entre ambos, al punto de que Pilar casi duerme en el sillón nuevamente. Sin embargo, todo tomó un rumbo distinto. Emiliano sacó a la bestia interior y terminaron juntos en la cama haciendo el famoso "lo que hacen mamá y papá" como dijo Pilar alguna vez.

"Cuando estemos solos voy a hacer que grites hasta que te quedes afonica, hermosa"

En ese momento comenzó el contenido no apto para todo público.

Pilar podia sentir como su piel se erizaba cada vez que recordaba esa promesa y el tono de voz utilizó para decirlo. Ambos fueron silenciosos para evitar que los menores de la casa los escuchen y obviamente se cuidaron para que, por el momento, puedan evitar la llegada del lobito número siete a su manada.

Emiliano Martinez te convertiste en héroe una vez más y evitaste que tu novia siga de mal humor.

—¿Una tercera ronda a las nueve de la mañana será mucho?—susurró en su oído de manera sensual y mordió suavemente la oreja de Pilar, causando que ella suelte una pequeña risa por lo bajo. Él la abrazaba por detrás ya que el cuerpo de Pilar estaba cubierto por una sabana blanca y ella acariciaba suavemente sus manos. De vez en cuando las entrelazaban.

—¿Tercera ronda? No te conformas con nada—rió y lo miró—Amor no jodas, me tengo que bañar. Vos ya lo hiciste en la madrugada y hasta te cambiaste. Yo sigo prácticamente en bolas.

—No hay nada que no haya visto—sonrió levemente y Pilar le pegó suavemente en el hombro.

—Atrevido de mierda.

—Anoche no decías lo mismo.

—Anoche fui otra Pilar, hoy soy la misma de siempre.

—Por lo menos estás de mejor humor—sonrió—De nada linda.

—Estoy de buen humor por voluntad propia, no gracias a tu ayuda—se defendió—Bueno...vos solo me diste un empujoncito.

—¿Uno solo?

—¡Emiliano!—reprochó y él rió.

LAVENDER HAZE: Dibu Martinez Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora