LAVENDER HAZE: Dibu Martinez

setenta y siete. epilogo

—Y no tengo pensado hundirme acá tirao
Y no tengo planeado morirme desangrado
Y no, oh-oh
No me pidas que no vuelva a intentar...
Que las cosas vuelvan a su lugar.

"Nunca vas a estar sola, Pilar. En algún momento la vida te va a recompensar con una persona que realmente te ame mucho y no sea como él"

Esas fueron las palabras que su tía dijo el día del nacimiento de Juliana. Un día en el que sufrió mucho en las horas previas al parto y un poco en las siguientes.

Pilar creía que la puerta del amor ya estaba cerrada definitivamente y que después de Ian nadie volvería a interesarse en ella. Pensaba que lo mejor era concentrarse en su pequeña familia y su trabajo. Nada más que eso.

Pero una inesperada nota en el mundial de Qatar fue suficiente para conocer personalmente al verdadero amor de su vida. A ese hombre con un temperamento altisimo pero a la vez muy cariñoso que tanto había estado evitando para así poder esquivar los rumores que todos podían armar.

Pero ni de eso se salvó. Porque si él no hubiera tomado la iniciativa quizás ella nunca hubiera reaccionado a la realidad.

¿Por qué el pensaba que lo odiaba?
Si lo único que hacía era intentar ser profesional y evitar más escándalos con los medios. Ya tenía suficientes desde su divorcio y no quería más.

Sin embargo, con el tiempo se dió cuenta que Emiliano era la pieza faltante en su rompecabezas. Aquella parte necesaria para reconstruir parte de su vida amorosa.

Y así fue. Ambos volvieron a confiar y empezaron dándose una pequeña oportunidad para intentarlo.

Y aquella "pequeña" oportunidad se convirtió en algo mucho más grande y fuerte para los. Porque cuando menos te los esperas la vida te sorprende.

Pilar nunca se imaginó que iba terminar casada con aquel tipo que le coqueteaba indirectamente y que le guiñó el ojo en Qatar.

Tampoco pensó que iba a formar una familia tan linda a su lado.

Porque Pilar es la felicidad de Emiliano.

Y Emiliano es la felicidad de Pilar.