10. Recuerdos.

769 82 19
                                    

Habían pasado algunos días desde la tensa e incómoda reunión con la directora. Margot estuvo practicando cada día en el teatro junto a sus compañeros de obra, ya sabía quién hacia del caballero, era un chico de tez trigueña con ojos café y cabello castaño, era bastante simpático, estuvo practicando todos esos días con ella y cuando se daban unos minutos de descanso se la pasaban charlando. Su nombre era Thomas y él según ya había hecho algunas obras allí anteriormente, eso le daba algunos puntos en su institución en la clase de teatro. Por otro lado Margot no había visto a Ivette desde el día del lago, estuvo buscándola pero nunca se presentó en el teatro, tampoco la veía por los pasillos, no verla le parecía extraño e inquietante.

— Por suerte, te traje esto. Estoy hambriento— Thomas llegó con dos bolsas de bocadillos, habían estado toda la tarde practicando.

— Gracias. No hacía falta, en unas horas llamarán para cenar.

— No importa, siempre es bueno comer estas delicias.

Nuevamente el lugar había quedado en silencio. Eran los únicos en estar dentro del teatro, estaban sentados en la orilla de la tarima viendo a la nada, hasta que Thomas se sacudió sus manos y dejó la bolsa ya vacía a su lado, giró su cabeza mirando a Margot.

— Entonces, señorita Rousseau, dígame ¿tu sueño es ser una gran actriz?

— Sabes que no — rieron—. Ya te conté la historia, no fui yo quien se integró a esto, fue Ivette quien lo hizo.

— Según porque eras la perfecta para hacer el papel de la protagonista...

— Exactamente.

— ¿Te sigues arrepintiendo?

— La verdad...— sus pensamientos se dirigieron sin notarlo a Ivette, si no fuera por esta obra, no hubiera conocido a Ivette, y no hubiera tenido tantas aventuras—. No, en estos momentos no me arrepiento.

— Enhorabuena — aplaudió—. Menos mal que no te arrepientes, me sentiría mal besarte cuando ni siquiera quieres actuar.

Margot giró su cabeza rápidamente hacia Thomas, sus ojos están abiertos expresando la sorpresa y el temor que sus palabras produjeron.

— ¿Besar? ¿De que hablas?

Thomas se rascó el costado de su cuello con nerviosismo, su mirada desviaba la de Margot.

— Pensé que te lo habían dicho, hay un beso en una escena.

— No — Margot se levantó—. Tengo que encontrar a Ivette, no quiero besos.

— Mira, cuidado con lo que dices, mi corazón está siendo lastimado— bromeó, Margot negó intentando no sonreír—. Pero hablando en serio, si el problema es el beso también me negaré. Entiendo que le seas fiel a tu novio y no quieras...

— ¿Novio? — Margot interrumpió, mirándolo como si fuera un fantasma — ¿Quien te dijo que tenía novio?

— Ehm...no me lo dijeron, es lo primero que pensé cuando te acabas de negar al beso.

— Nunca he besado a nadie, Thomas — la ojiazul tomó su bolso y empezó a bajar las escaleras, siendo seguida por el castaño.

— ¿Estás bromeando?

— No.

— ¿A nadie? ¿Ni por accidente? — Margot abrió la puerta saliendo hacia el campo.

— No — iba a seguir caminando cuando Thomas la tomó delicadamente del brazo y la giró.

— Ahora me siento bendecido— se rió— Seré tu primer beso. Eso es fabuloso.

— No habrá besos — una voz provino detrás de ellos, voltearon a la par, mirando a la rubia que se encontraba de brazos cruzados con la mirada fija en Thomas.

Flower ArtWhere stories live. Discover now