12. Dejá vu.

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Ivette Lambert.

La fecha se acercaba, la mayoría de los preparativos estaban listos, solo faltaban unos detalles sobre las luces y la melodía que se usaría como ambiente. Toda la responsabilidad recaía sobre mis hombros y en estos momentos estaba pasando factura. Me encontraba acostada en mi cama con mis brazos extendidos hacia arriba y mis manos tapando mis ojos, hace unos minutos me había tomado una pastilla, el dolor de cabeza me estaba matando lentamente.

Todos estos días las cosas se han encontrado en constante tensión, el asunto con Margot no ha cambiado ni una pizca, y yo ya me había resignado en arreglarlo, yo no era persona de estar detrás de alguien, ¡Lo había intentando! Por lo menos hice algo pero ella no quiso escucharme, era entendible pero tenía bastante responsabilidades encima como para ir detrás de alguien.

— Pensé que estarías junto con los demás en el teatro — escuché la voz de Lucia entrando a la habitación—. Quedan cuatro días para la obra ¿Emocionada?

Respiré hondo y quité mis manos de la cara para abarcar mi mirada en ella, quien se sentaba en su cama. Lucia Muller Hernández, su piel pálida hacía contraste con su cabello negro azabache, lo que más intrigaba de ella y atraía era su color de ojos, eran de color zafiro, eran más claros que los míos, mi mejor amiga era una belleza andante, los rasgos latinos predominaban dándole un toque exótico, su padre es Francés y su madre es de Venezuela, se entendía porque muchos chicos estaban detrás de ella.

— ¿Tu crees que tengo ánimo para ir? Tengo el jodido dolor de cabeza que no aguanto, quiero quitarme la cabeza.

Escuché su risa y como luego resoplaba, me incorporé y me senté contra la pared, estirando mis piernas.

— Creo que algo más te pasa.

Rodé los ojos, desde hace días ha estado encima de mi, suponiendo que algo más me pasaba y era verdad, sabía que tarde o temprano mi abuela iba a querer hablar conmigo.

— ¿Seguirás? Déjalo pasar, es solo el estrés de la obra y que todo salga bien, es un evento importante y tengo toda la responsabilidad en mis hombros, te aseguro que eso es suficiente para tener en mente, como para agregar algo más.

— Como sea. Sabes que siempre estaré aquí por si quieres hablar— me dedicó una sonrisa tranquilizadora—. Hablando, ¿has escuchado los nuevos chismes que se han estado regado por los pasillos?

— ¿Me incumbe a mi? — ella ladeó con la cabeza.

— Incumbe a la protagonista de la obra, tu cercana amiga— sonreí burlonamente al escuchar el tono grotesco que usó al terminar la oración, Lucia y yo éramos mejores amigas desde que teníamos nueve años, y siempre era celosa con la nueva gente que llegaba a mi vida, cosa que nunca pasaba pero desde que empecé a estar con Margot, ella la tenía en la mira, lo que me causaba muchísima gracia. Pero al caer en cuenta que hablábamos de Margot, mi sonrisa se desfiguró.

— ¿Cómo que de Margot? ¿Le pasó algo? — me enderece.

— No, no que yo sepa, lo que se está hablando es que al parecer Thomas y ella están muy cercanos, unos dicen que escucharon como Thomas la invitó a salir y pues, hacen linda pareja, yo los he visto.

Me recosté nuevamente en la pared mirando mis pies, eso se estaba saliendo de control, mi abuela no se demoraría nada en emplear un nuevo plan. No se que les pasaba a los demás, yo no veía una linda pareja, siento que no encajan, son distintas personalidades, tan distintas que pueden chocar.

Iba a responder cuando escuchamos toques en la puerta, di permiso de que pasara y sentí mi cuerpo tensarse cuando lo primero que vi fue el rostro de mi abuela.

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