Capítulo 15

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"¡Ethan!", dijo Janet en un sollozo, y secándose los ojos llorosos, corrió hacia él como si hubiera visto a su salvador.

Él se paró frente a ella de manera protectora, se quitó la gorra para ponérsela a ella, y luego de limpiar sus mejillas mojadas con los pulgares, dijo de dientes apretados: "Sal de aquí. Ahora".

"¡Maldita sea! ¡Vete a la mierda, bastardo!", espetó Ike enojado al tiempo que se ponía de pie, y con los puños cerrados, corrió hacia Ethan en un ataque de ira.

El detalle fue que antes de que pudiera atinar siquiera un golpe, el otro atrapó su puño y lo retorció, obligándolo a caer al suelo. Con sus ojos oscurecidos de furia, Ethan levantó su propio puño para golpear la cara del despreciable Ike.

Con él y su fuerza había que tener cautela, ya que a fin de cuentas había nacido despiadado y cruel.

Teniendo eso en cuenta, Ike fue golpeado hasta quedar convertido en puré, y una vez que Ethan terminó con él, no podía siquiera levantarse. En el proceso perdió dos o tres dientes y la sangre no dejaba de salir de su nariz. Como pudo, gritó: "¡Ya déjame! ¡Por favor! ¡Alguien ayúdeme! ¡Este tipo está tratando de matarme!".

No fue hasta que la voz de Ike se volvió ronca que Ethan por fin se arregló la ropa y se puso de pie, pero aún no había terminado, así que pateando la entrepierna de Ike, espetó con frialdad: "Haz algo como esto otra vez y te cortaré las bolas".

Inmediatamente derrumbándose, Ike rodó por el suelo mientras gritaba de dolor.

De hecho le tomó un momento recuperarse, y al final se retiró hasta una distancia segura cual perro acorralado.

Si bien no se atrevía a atacar a Ethan nuevamente, tuvo la audacia de escupirle. "¿Quién demonios eres? ¿Cómo te atreves a entrometerte en los asuntos de otras personas?".

Acercándose tranquilamente a Janet, Ethan puso su brazo sobre su hombro, y levantando la barbilla hacia Ike, le dijo con frialdad: "Soy su esposo".

Temblando como una hoja al viento, el desagradable hombre se levantó, rechinó los dientes y lo señaló. "¡Esto no se quedará así! ¡No descansaré hasta que estés tras las rejas!".

Acto seguido, su dedo señalador se desplazó hasta apuntar a Janet. "¡Y tú! Ni siquiera pienses en volver al Grupo Larson. ¡Me aseguraré de que estés vetada en toda la industria, perra!".

Con un bufido burlón, Ethan le provocó escalofríos a Ike.

"¿Ah, sí? Supongo que ya veremos eso".

En ese punto, no quería desperdiciar más su aliento con esa basura de sujeto frente a ellos, así que se dio la vuelta sin soltar a Janet, y se fue con ella.

Ethan llevó a su esposa al ascensor.

Por su parte, ella no dejaba de temblar y tenía la cabeza agachada. Su corazón latía rápidamente y su respiración era más acelerada de lo normal.

Al notar su estado, Ethan levantó la gorra negra que le había puesto previamente.

Presa del pánico, Janet se sobresaltó. Sus preciosos ojos ya estaban empapados en lágrimas, y en consecuencia, sus largas pestañas lucían húmedas y brillantes. Pero a pesar de que estaba asustada, cualquiera podía decir que se veía bellísima.

"¿Estás herida?", Ethan susurró mientras examinaba el cuerpo de Janet.

Como no había ninguna lesión a simple vista, él se agachó para levantarle la ropa y comprobar que realmente estuviera bien.

Sin embargo, Janet pudo detenerlo a tiempo y sus mejillas se sonrojaron. "No, por favor no lo hagas, estoy bien. No te preocupes por mí", dijo en voz baja.

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora