Capítulo 93

915 25 10
                                    

"¿Qué te parece?", Janet preguntó en un tono expectante.

A decir verdad, ella no estaba muy segura de que su pintura fuera buena, pues la última vez que dibujó la naturaleza como tema fue cuando aún era estudiante. Al haber dibujado tantos diseños de moda en los últimos años, ella sentía que ya no era capaz de pintar algo más. En cuanto a lo que acababa de hacer, lo había sacado principalmente de su imaginación, así que la joven no sabía si a Ethan le iba a gustar o no.

Mientras tanto, Ethan entrecerró los ojos y observó el lienzo durante un par de minutos, aunque no dijo ni una sola palabra.

Como resultado, Janet empezó a ponerse nerviosa, tiró de la manga de su marido y murmuró: "¿Qué pasa? ¿Está todo bien?".

Pero en lugar de responderle, él simplemente se inclinó y la besó de nuevo.

A pesar de que tenía las manos empapadas en sudor, Janet lo agarró de la camisa y lo atrajo hacia su cuerpo. Después, cerró los ojos y se permitió caer en su apasionado asalto, incluso cuando el corazón le latía con fuerza dentro del pecho.

Cuando el beso se volvió más apasionado, sus respectivas lenguas exploraron la boca del otro con desesperación. Y mientras las olas se rompían en la orilla de la playa, todo lo que se podía escuchar era la pesada respiración de la pareja y uno que otro gemido de placer.

"Espera...", Janet jadeó con dificultad, apartándose un poco para evitar otro beso, "Todavía no has dicho nada sobre la pintura que hice". En este punto, sus mejillas estaban más que sonrojadas y sus labios, ligeramente inflamados.

Sin inmutarse, Ethan le dio un suave beso en la mejilla y presionó su esbelta cintura contra su cuerpo. Volteó a ver brevemente el dibujo y continuó devorando el cuello de su esposa como un lobo hambriento.

Entonces, sus labios vagaron hasta la parte posterior de su oreja y susurró: "Me gustó mucho, en verdad se ve muy bien". Sintiendo que el deseo lo consumía, agregó con voz ronca: "Cariño... ¿ya puedo hacerte el amor?".

Temblando de pies a cabeza, Janet lo miró pero se agachó de inmediato. Pensaba tantas cosas que ni siquiera sabía qué decir. Aunque, para ser sincera, lo deseaba tanto como él a ella, si no es que más.

Con una mirada que podría derretir un témpano de hielo, Ethan se abalanzó sobre Janet antes de que ella pudiera responder, mordisqueó sus labios y los chupó lujuriosamente.

Muy pronto, ninguno de los dos pudo seguir conteniendo su deseo.

Ethan levantó a Janet con sus fuertes brazos y la llevó a la tienda de campaña.

Cuando ella pudo volver un poco a la realidad, se dio cuenta de que estaba atrapada bajo el musculoso cuerpo de su marido, presionándola contra la cama.

Luego de frotar sus cuerpos, Janet se sintió como si una corriente eléctrica recorriera sus venas.

Ethan la besó suavemente en el cuello, pero su delicadeza despertó los instintos de la joven. Por alguna razón, ese único e inocente beso había sido más profundo que los que acababan de compartir. Ansiosa de sentirlo, ella envolvió la cintura de su marido con sus largas piernas mientras el ambiente dentro de la tienda se volvía cada vez más caliente e intenso.

"Oye...", Janet dijo con la voz entrecortada, sintiendo que su piel se encendía con las ardientes caricias de Ethan.

"Sí, dime...", con eso, él se apoyó sobre sus rodillas y se quitó la camisa, dejando al descubierto su amplio pecho. Sus ojos reflejaban el anhelo de hacerla suya y parecía una bestia deseosa de devorar a su presa.

De repente, una gota de sudor cayó de su cabello y se deslizó por sus tonificados abdominales antes de desaparecer debajo de su pantalón.

Janet jadeó pesadamente y cerró los ojos. Entonces escuchó el sonido de una cremallera al abrirse, y finalmente, el duro y palpitante sexo de Ethan comenzó a embestirla una y otra vez.

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora