Capítulo 46

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La pantalla de la computadora portátil de Janet se puso negra al instante, y tras un leve sonido chisporroteante que salió desde su interior, desprendió una bocanada de humo. El aire ahora olía a café y metal quemado.

Aunque ella se apresuró a limpiar el café de esta con una servilleta, ya era demasiado tarde, y de hecho, cuando la levantó, la computadora chorreaba café y no se podía encender.

"¡Ay, Dios mío! ¡Lo siento mucho! El café estaba muy caliente y tu taza es de vidrio, ¡así que se me cayó por accidente!", exclamó Kaya antes de que sus manos volaran a su boca y se volviera a disculpar unas cuántas veces más.

"Déjame ver si aún se pueden restaurar los datos en el disco duro", dijo Janet enojada pero impotente, y sin saber qué más decir.

Acto seguido, llevó la computadora portátil al Departamento de Tecnología en planta baja, donde el personal técnico extrajo con cuidado el disco duro y lo inspeccionó. Unos breves segundos después, sacudieron la cabeza y le dijeron que estaba completamente empapado y dañado de forma irreversible.

De pie junto a ella, Kaya se disculpó de nuevo. "Asumo toda la responsabilidad por esto. Te compraré una computadora portátil nueva, lo prometo".

"Es de la empresa, de modo que es justo que pagues por ella. No obstante, todos mis dibujos estaban allí, y ahora los datos están dañados y no tienen restauración. ¿Qué vas a hacer al respecto?". Si bien el tono de Janet era tranquilo, sus ojos tenían un destello de peligro.

Incapaz de pronunciar otra palabra, Kaya bajó los ojos.

Resultaba que la mujer frente a ella no sería tan fácil de hostigar como ella pensaba.

"¿Por qué estás tan enojada? Ya dije lo siento y que asumiré la responsabilidad. ¿De verdad es necesario ser tan agresiva?", cuestionó con una cara larga, como si fuera ella la que había sido afectada.

En ese instante, Tiffany pasó por casualidad y escuchó su conversación, por lo que tocó la puerta de cristal desde fuera.

"¿Qué está sucediendo aquí? Vayan afuera si quieren pelear, pero no molesten a sus compañeros de oficina", les dijo al tiempo que les lanzaba una mirada fría como el hielo.

Mordiéndose el labio inferior, Kaya trató de defenderse. "Señora Fisher, permítame explicarle. He estado trabajando horas extras todos los días de esta semana y estoy exhausta. En mi descanso, me preparé un poco de café y le ofrecí un poco a la señorita Lind, pero como la taza estaba demasiado caliente, la dejé caer por accidente y derramé el líquido en la computadora de Lind. Pero fue solo un accidente. Yo me responsabilizaré y le compraré una computadora portátil nueva".

Esa chica destacó especialmente las horas extras que había estado haciendo durante una semana, pero su voz destilaba sarcasmo, lo cual hizo que Janet sintiera que algo andaba mal. Parecía que Kaya estaba insinuando que Janet no había trabajado tanto como ella durante los últimos días.

Janet no quería pensar mal de ella, pero ahora aquello no parecía una mera coincidencia.

"¿Y qué hay de mis diseños que estaban almacenados en la computadora portátil? ¿Cómo me compensarás por eso?", cuestionó Janet, mirándola con dureza.

"Obviamente necesitas redibujarlos tú misma. ¿Cómo podría yo hacer eso por ti? Además, ya me disculpé contigo", replicó Kaya con la barbilla un tanto levantada, pero no había duda de la indiferencia en su tono al implicar que Janet no podía hacerle nada.

En esa etapa de la competencia, lo más probable era que Kaya fuera seleccionada para la promoción. Sin embargo, ella había escuchado de otros diseñadores que había una recién llegada prometedora en la empresa, y que esta sería una fuerte competidora.

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora