Capítulo 124

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El argumento de Patty sonaba bastante razonable.

Todavía era la hora del almuerzo, y cuando Tiffany la llamó a su oficina, un grupo de diseñadores séniores la acompañó.

Ellos no tardaron en hablar bien de Patty. "Hemos estado trabajando juntos durante mucho, y nos conocemos bien. Sí, Patty puede ser un poco mordaz, pero no es una mentirosa".

"Así es. Ella siempre es amigable, y también está dispuesta a ayudar a los nuevos empleados. De hecho se alegró mucho cuando supo que sería la compañera de Janet en este proyecto. ¿Quién hubiera pensado que las cosas saldrían así? La verdad es que yo creo que cualquiera que trabaje con Janet termina siendo jodido de una forma u otra".

"Sí, no es la primera vez que sucede algo así, y Janet ha estado involucrada en cada caso. Todo es culpa tuya, Lind. ¿Por qué acusas a otros?".

Janet temblaba de rabia. "Esto no tiene nada que ver conmigo", dijo con los dientes apretados. "El problema es entre Patty y Ronald".

Girándose hacia Patty, le dijo: "Si yo nunca te he hecho nada, ¿por qué me estás acusando cuando no es cierto?".

"Eres tú quien me lo está haciendo a mí", refutó Patty con fingida inocencia.

Al ver que aquello era tan infértil como hablar con una pared, Janet no dijo nada más y salió de la oficina de Tiffany.

Ella sabía que una sola explicación no sería suficiente para convencer a sus colegas, así que necesitaba pruebas concretas para respaldarla. Lamentablemente los compañeros de Ronald habían salido a fumar cuando ocurrió el incidente, por lo que no había otros testigos además de ella y Patty.

De pronto tomó un taxi y fue al hotel donde habían cenado la noche anterior.

"Disculpe, señorita, pero esos cubículos son privados por una razón. El término habla por sí mismo, y pues no tenemos cámaras de vigilancia en lugares privados", le dijo la recepcionista directa y desdeñosamente. Su actitud tenía que ver principalmente con el hecho de que Janet era una mujer común y corriente como ella y no de la élite de los tipos con los que ella acostumbrada a coquetear o las mujeres a las que solía adular.

"Entiendo. Lamento quitarte tu tiempo. Por cierto, ¿alguien del personal escuchó algún tipo de conmoción en ese cubículo en particular anoche?", consultó Janet porque no estaba dispuesta a darse por vencida todavía.

"Lo siento mucho, señorita", dijo la recepcionista, sonando impaciente esta vez. "Atendemos a innumerables huéspedes todos los días, así que no podemos hacer un seguimiento de nada de lo que sucede detrás de puertas cerradas".

Janet sintió un poco de desesperanza, pues sin pruebas, nadie le creería.

Su última opción era el propio Ronald.

De dedos cruzados, ella esperaba que él le diera un momento de su tiempo.

Desafortunadamente parecía que Ronald estaba ansioso por vengarse de lo que había sucedido la noche anterior, pues las llamadas de Janet nunca se realizaron, y eso solo le decía que él ya la había bloqueado.

Sin otra opción, decidió pasar por Yoyo Fashion. Ella acamparía fuera de la oficina de ese si fuera necesario.

"Lo siento", le dijo la recepcionista con el rostro en blanco. "El señor Williams dijo que no verá a nadie del Grupo Larson".

De todos modos, Janet era tenaz y estaba muy decidida, por lo que dio un paso en dirección a los ascensores. "Solo quiero verlo unos pocos minutos. Me iré una vez que le haya explicado todo".

"Por favor, señorita. Si no se va de inmediato, me temo que tendré que pedirle a seguridad que la acompañe afuera".

Aunque dijo eso, la recepcionista ya había sacado su walkie-talkie, y procedió a hablar. "Vengan a la recepción. Una persona sospechosa está aquí, y se niega a irse".

Mi Esposo Es Un Billonario (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora