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–No te veas tan nerviosa, son personas normales–. Paul comentó, mirándome de reojo mientras rompía el silencio entre nosotros en su camioneta.

Apenas había pegado un ojo anoche después de todo lo que había pasado y hace diez minutos Paul me había enviado un mensaje de texto diciéndome que me preparara porque estaba en camino a recogerme. No me había dicho que me llevaría a La Push para conocer a Emily y Jared.

Quería reírme de sus palabras, tal vez Emily era normal pero sabía que Jared también era un lobo.

–Emily, sí–. Le dije a él, –Jared, no.

–Él es como yo.

–¿Qué? ¿Un aficionado, exaltado en un culto?– Dije, mirando a Paul con una pequeña sonrisa.

Sabía que no estaba en una secta, pero aun así era una forma divertida de referirse a ella. Paul miró hacia otro lado del camino y me sonrió, sosteniendo mi mirada por unos segundos antes de apartar la mirada.

Ninguno de los dos había abordado el hecho de que nos habíamos besado la noche anterior y tampoco fue incómodo entre nosotros esta mañana. De hecho, tenía muchas ganas de verlo, lo cual fue un alivio para mí porque odiaría que se pusiera raro entre nosotros. No dije nada cuando me besó de nuevo esta mañana cuando abrí la puerta. No era como si no quisiera que lo hiciera, porque sí, solo estaba tratando de entender todo el asunto del hombre lobo.

Antes de que me diera cuenta, Paul se había salido de la carretera principal y había entrado en un pequeño sendero donde una casa apareció a la vista.

–Y dijiste que el bosque no era seguro, estoy seguro de que Sam se está volviendo loco constantemente–. Comenté, rodando los ojos juguetonamente.

Paul apagó el camión, –Sam vive aquí con Em, es diferente. Tienes la costumbre de deambular.

Lo miré, ofendida, –Yo no.

–¿Cómo nos conocimos?– Dijo de vuelta, arqueando una ceja hacia mí.

Entrecerré mis ojos hacia él antes de golpear su brazo ligeramente y abrir la puerta para salir. Antes de poner los pies en el suelo, Paul agarró mi muñeca y no pude ignorar el calor repentino que se extendió por mi brazo, –Solo rápido–. Dijo con ansiedad, –No la mires fijamente, ¿Okey? Harás que Sam se enfade–. Dijo, antes de salir y cerrar la puerta.

¿No mires? ¿No mirar qué?

Salté detrás de él y corrí para alcanzarlo, –¿Paul? Paul, ¿de qué estás hablando? Paul.

Se giró para mirarme mientras estaba parado en la puerta principal y justo cuando lo alcancé, se llevó el dedo a los labios, –Shh.

Lo miré, pero todo lo que pudo hacer fue reírse. Abrió la puerta de la casa y entró directamente, arrastrándome detrás de él de mi mano.

Era un espacio abierto, una pequeña cocina con un comedor que se amoldaba a la sala de estar pero era acogedor. La casa estaba caliente y olía a tortas horneadas trayendo una sonrisa a mi rostro. Era como el lugar de reunión de los tres niños y entendí por qué, todo el lugar tenía un aura de invitación.

Lo primero que noté por encima del cuerpo alto de Paul fue que cuatro personas estaban sentadas alrededor de la mesa de comedor pequeña y circular, dos niños y dos niñas.

Reconocí a Sam y supongo que ese otro chico debe haber sido Jared. Sentadas en sus rodillas estaban las dos chicas y cuando miré a la chica en las rodillas de Sam me di cuenta de lo que Paul estaba diciendo antes. Tenía tres cicatrices grandes a un lado de la cara, una justo debajo del ojo y terminaba justo encima de la parte superior del labio. Parecían marcas de garras y supuse que debía ser Emily.

AFTER DARK | PAUL LOHOTE - TRADUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora