AFTER DARK | PAUL LOHOTE - TRADUCCIÓN

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Alice y yo fuimos interrumpidas continuamente a lo largo de su convencimiento de que me quedara aquí, pero antes de que nos diéramos cuenta, nuestra parte de la pelea había terminado.

Incluso entonces, cuando habíamos ganado, todavía estaba desanimado de subir a ese campamento.

Me las arreglé para entrar en los pensamientos de Edward, aunque me costó mucho esfuerzo, mientras reuníamos todos los cuerpos para quemarlos y vi que se las había arreglado para derribar a Victoria por su cuenta.

Si bien había una parte de mí que quería vengarse de Victoria por hacerme esto, estaba contenta con saber que estaba muerta.

Estábamos esperando a que Bella, Edward y Seth regresaran del campamento y yo estaba de pie con las manos en los bolsillos de la chaqueta, refugiándome junto al fuego que calentaba mi cuerpo frío. Jasper se acercó a mí lentamente y tomó su lugar a mi lado, él también miraba fijamente el fuego, –¿Cómo lo encontraste?

Tragué saliva, –Después de superar la idea inicial de matar a alguien... está bien–. Lo vi mirándome por el rabillo del ojo, –Quiero decir que fue un desafío, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

Él asintió, –¿Qué pasa con sus emociones?

–Traté de ignorarlos–. Dije sin rodeos, –El hecho de que su familia nunca los vuelva a ver es inquietante. Acabo de quitar a alguien de su vida y eso deja un gran peso en su lugar.

–No los sacaste de su vida, o de su familia–. Carlisle me dijo. Me di la vuelta para verlo caminar hacia nosotros, –Victoria lo hizo cuando creó este ejército–. Asentí en silencio, –Lo hiciste bien.

–Están de vuelta–. Emmett nos llamó.

Miré hacia arriba para ver a Edward y Bella saliendo de un hueco entre los árboles, Seth siguiéndolos con orgullo. Edward tenía su mano detrás de la espalda de Bella, guiándola protectoramente. Me relajé al verlos a los tres ilesos y de una sola pieza.

–¿Cuánto tiempo?– Edward preguntó de inmediato.

–Unos minutos, tal vez diez–. respondió Alice.

Levanté la vista del fuego con confusión, –¿Cuánto falta para qué?

Carlisle y Esme intercambiaron miradas de preocupación antes de que la figura materna caminara hacia mí lentamente, –Sophia, los Volturi vienen.

Mis ojos se abrieron, –¿Aquí?

–La manada debe irse. Los Vulturi no honrarán el tratado con ellos–. Carlisle le dijo a Edward.

Al mismo tiempo, Esme puso su brazo sobre mi hombro, –Te dejarán en paz siempre y cuando no les muestres ninguno de tus dones–. Ella me dijo, –Algunos de ellos– Tragó saliva, –Algunos de ellos tienen dones y los tomarás pero no puedes usarlos Sophia, de lo contrario Aro también te querrá.

Sacudí la cabeza con pánico, –No puedo estar aquí cuando vengan Esme, no puedo controlarlos todavía.

–Está bien–. Emmett se acercó, –Ella puede quedarse detrás de Rosalie y yo, la cuidaremos.

Me volteé hacia Emmett, –No Emmett, no entiendes, yo–

Fui interrumpido por uno de los lobos que gruñía con saña y mi cabeza se partió rápidamente para ver a Leah luchando contra un recién nacido extraviado.

–¡Leah, no!– Edward advirtió, pero ya era demasiado tarde, el recién nacido ya tenía sus brazos alrededor de ella.

–¡Él va a matarla!– Grité en pánico, mis pies clavados en el lugar.