Sophia y Bella Swan eran polos opuestos, gemelas fraternales con poco en común. Nacidas de Renne y Charlie, las gemelos crecieron felices hasta que sus padres se divorciaron. Con una niña queriendo vivir con su madre y la otra niña queriendo vivir c...
Hice una mueca de dolor cuando Carlisle quitó el vendaje de mi hombro, observándolo mientras tiraba la cosa ensangrentada en el pequeño contenedor de metal. Suspiré mientras limpiaba mis heridas, mirando alrededor de la pequeña habitación tipo hospital que había instalado con curiosidad antes de que mis ojos se fijaran en la ventana. Había un tono azul entre los árboles mientras el sol salía lentamente, trayendo luz al bosque, –No sé cómo haces esto.
–¿Cómo hago qué?– Me preguntó con curiosidad, sus ojos dorados se encontraron con los míos brevemente.
–Ser un doctor–. Le dije, –¿No te molesta la sangre?
Sacudió la cabeza, –he estado ayudando a la gente, trabajando en torno a la sangre, durante siglos–. Me dijo, –es como algo que sabe bien pero sabes que es malo para ti, así que no te apacigua mucho.
Puso otro vendaje tipo yeso sobre mi hombro antes de pasar al otro, –Eres un hombre increíble Carlisle... sin ti, Bella y yo probablemente ya estaríamos muertas.
Sacudió la cabeza con una pequeña sonrisa, –No lo soy–. Descartó, –he tenido mi parte de momentos.
Sacudí las piernas de un lado a otro mientras me sentaba en el costado de la cama del hospital, mirando por la ventana abierta mientras el sol entraba, –¿No lo hemos hecho todos?– Pregunté y él asintió en respuesta.
–Listo–. Dijo, quitándose los guantes blancos, –todo limpio.
–Gracias–. Murmuré, deslizándome fuera de la cama.
–Van a dejar cicatrices, Sophia–. Advirtió mientras caminábamos por el pasillo hacia la sala de estar.
–Excelente–. Respondí sarcásticamente, –Más para agregar a la colección.
Al entrar en la sala de estar, no esperaba ver a Edward parado allí. Ni siquiera me había dado cuenta del día.
–¿Dónde está Bella?– Pregunté inmediatamente.
Cerró la boca abierta, –en su casa–. Me dijo después de unos minutos, –La dejé para que pudiera ver a Charlie.
Asentí, relajándome. No quería enfrentar a mi hermana todavía, no confiaba en mi capacidad para controlar mi sed aunque no tenía ningún problema con Paul, –Bien–, le dije, –Pero tengo un hueso que elegir contigo.
–No puedo decir que no estoy sorprendido.
–¿Por qué no pudiste decir las palabras que 'necesitas ir a Jacksonville porque Victoria está en la ciudad y Alice tuvo una visión de ella mordiéndote'?– Le pregunté con los brazos cruzados, –En cambio, tenías que ser un bastardo, ¿no?
–Tenías que ser mezquina con todo el asunto.
Apreté los puños mientras entrecerraba los ojos hacia él. Rosalie y Emmett pasaron a Edward cuando entraron a la sala de estar, este último palmeando el hombro de Edward, –Yo no lo haría–. El avisó.
Su esposa se rió mientras nos miraba a los dos, –Puso a Emmett sobre su trasero en segundos.
Carlisle intervino antes de que pudiera siquiera pensar en pelear con Edward, –Creo que es mejor que Bella se mantenga alejada por un tiempo, hijo–. Él le dijo, –Al menos hasta que Sophia se sienta lo suficientemente segura como para controlar su sed.
–¿Y cuánto tiempo tomará eso?– Preguntó.
–El tiempo que ella necesite.
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