Capítulo 20: ¡A divertirse!

5 2 0
                                    

Las vacaciones de verano han sido muy emocionantes para ella, Marco, Luis y Daisy, y eso que aún no terminan. Ahora van junto con tía Cherry al reino de la diversión pero está vez con el plan de quedarse al menos una semana.

– Esto será súper – dice Marco – Me sorprende que tu abuelo nos dejará estar un tiempo allá.

– A mí también. Creo que es porque no voy sola.

Al llegar los recibe el príncipe Félix; él tiene 17 años. Su cabello algo despeinado y negro que intenta peinar. Se notaba que llegó a prisa.

– Bienvenidos princesas y compañía. Disculpen mi aspecto.

– No tienes que. Es enorme este reino.

– Hay mucho que hacer y recorrer. Vamos.

Todos se quedan impresionados por la cantidad de atracciones. Observan que hay todo un parque de diversiones con sus juegos mecánicos y una gran montaña rusa. También diversos parques, lagos y un lugar cerca de la costa. Muchos lugares donde pasar un buen rato.

Al llegar al castillo, les dan habitaciones para que se queden. Una vez que dejan el equipaje se apresuran a ir al parque de diversiones.

– Chicos, ¿recuerdan cuando los llevamos a un parque similar con sus padres?

– Sí, fue divertido – contesta Marco.

– Aunque está montaña rusa está más grande – Luis levanta la vista tapandola con la mano del sol.

– ¿En serio? – cuestiona Daisy.

– Sí, la verdad nunca habíamos visto una tan grande.

– Para nosotras es la primera vez.
– Entonces, vamos – dice tía Cherry – Ya es hora que sepan como se siente.

Primero jugaron y probaron otros juegos antes de subir, como el carrusel, la rueda de la fortuna y otros juegos.

Se acerca a un puesto para comprar unos regalos para sus amigos.

– Muchas gracias – observa la bolsa con sus compras. Se choca con la espalda de alguien – Lo siento.

– No te preocupes – le responde el chico alto y robusto. La examina de arriba a abajo – No pasó nada. ¿Qué tal si te invitó un refresco?

De inmediato, nota sus intenciones.

– No, gracias. Tengo que ir a buscar a unos amigos.

– Tal vez en otro momento.

– Yo...

– Anina, por fin te encuentro – Marco llega con un par de refrescos. Resulta que vio la situación a lo lejos – Te compré esto.

– Ah, gracias – responde apenada.

– Disculpen – da media vuelta y sigue su camino.

– ¿Nos vamos?

– Sí. Gracias por la ayuda.

– De nada – sorbe de la pajilla – Respecto a lo que hice no quiero que pienses que creo que eres débil.

– No, para nada. Agradezco tu apoyo. Si me enfureciera probablemente podría lastimarlos. No quiero llegar a tales extremos.

– Sí, eres fuerte. Además, no tienen por qué obligarte.

De verdad aprecia a su amigo. Cada acción que hace hace que crezca más su emoción. Podrá ser poco prudente pero es una persona de buen corazón que no dudó ni un segundo cuando lo conoció.

Esperan en la larga fila de la montaña rusa. Uno de los juegos con más personas a la espera.

– Ustedes suban. Yo no subiré. Los esperaré en el café – dice tía Cherry.
Cuando estaban por subir.

STARLIGHTWhere stories live. Discover now