Capítulo 21: El circo

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Ahora su destino es el reino del circo. El príncipe Hugo, de 20 años, les da la bienvenida.

– Bienvenidos, al reino del circo. Ya que es la primera vez que nos visitan, majestades y compañía, se hará un gran show para que vean lo grandioso que es aquí. Pueden hacerme el favor de dirigirse al lugar del show – les dice cortésmente mientras les indica el camino.

Observan como muchas personas se dirigen a la gran carpa iluminada por luces y globos gigantes. Al llegar, ven a animales haciendo trucos, personas realizando acrobacias y, además, vendían comida.

– Muy bien, el espectáculo comenzará en breve mientras disfruten.

Recorren el recinto observando los increíbles trucos. Una voz resuena anunciando el pronto inicio del show.

– Marco – toca su hombro Luis – luego vengo, tengo que ir.

– Ok, mientras iremos por palomitas.

Avanza junto a Marco y Daisy en lo que Luis busca el baño. Piden cuatro bolsas de palomitas. Una para compartir ella y su amiga y las otras tres para ellos, para que duren en el show. Los guían a un balcón reservado especialmente para ellos.

– Disfruten la función. ¿Dónde está su otro amigo alteza? – pregunta el señor delgado con chaqueta roja.

– Vendrá en un momento.

Justo llega acelerado. El señor cierra dejándolos.

– Oigan. Vi al doctor Ku entrar aquí.

– Tranquilo – intenta calmarlo su primo.

– Tiene que estar planeando algo.

– Sí – afirma Daisy – pero ¿qué será?

De repente se apagan las luces y comienza el show.

– Tenemos que hacer algo – Luis se impacientaba.

– Tranquilo Luis, ¿alguien lo ve?

Miran en varias direcciones sin ver su presencia.

– No lo vemos – afirma Daisy.

– Espera, ahora veremos – intenta calmarlo.

Aparece Hugo en el centro como el maestro de ceremonias.

– Bienvenidos a este show especial preparado para nuestros visitantes.

Primero salen unos payasos que hacen reír a todos. Pero, Luis seguía impaciente buscando entre el público. En cuanto termino el número, todo queda a oscuras. Una luz ilumina el centro ahí una silueta aparece. Las personas habían desaparecido.

– ¿Qué está pasando?

– Equipo Powers, han caído en mi trampa. Ahora no escaparán – levanta la mirada dando a notar si rostro anciano.

– ¿Qué les hiciste a las personas.

– Calmados. Están bien por ahora.

Unos robots aparecen disparando a dónde están. Esquivan el ataque. Salen volando del lugar. Uno logra golpear a Daisy lanzandola al salón de los espejos. Los demás se meten a ayudarla.

– Justo donde los quería.

– ¿Estás bien, amiga?

– Sí – masajea su brazo.

– Salgamos y terminemos con esto.

– Pero... ¿Dónde? – mira Luis a su alrededor.

– Oh no, ¿por dónde estará la salida?

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