Capítulo 1 : Miedo

27K 1.1K 53
                                    

Abrí los ojos lentamente y los cerré al instante al sentir los rayos del sol en mis ojos.

Parpadeé y los volví a abrir. 

Tenía mucha calor.  Mi cuerpo se sentía afiebrado. No entendía que me pasaba. También estaba ese ruido,  como el de un chapoteo. 

Fui consciente de mi cuerpo cuando asocie el calor de mi cuerpo con el sonido y enfoque mi mirada entre mis piernas. 

- ¡ Oh por Dios! - intenté alejarme, pero en ese momento él se aferró a mis piernas -. ¡Suéltame! - chupo con más fuerza y sentí que convulsionaba. Mi primer orgasmo.

Se aferró a mi con más ahínco y no dejó de comerme hasta que ya no podía más.

-No- mi voz salió como un gemido lastimero.

- Por fin te tengo, mi amor - subió por mi cuerpo a punta de besos y se apoderó de mis labios en un besó ardiente.  En ese beso me probé a mi misma. Su boca tomó posesión de la mía y su lengua barrió mi boca. Traté de alejarlo, pero no podía-. Te amo- besó mi cuello y acarició mis costados.  Mis piernas estaban muy abiertas y solo sentí como su glande se presionaba contra mi entrada.

Me tensé.  Iba a doler.

- ¡No! - me revolví entre sus brazos, sin embargo,  él no se detuvo,  es mas, fue como que lo alentara y se dejó ir dentro de mi.

Grité.

Muy fuerte.

- Shh... cariño. Iba a doler y tu no te quedabas quieta...- lo había perdido.  Había perdido mi virginidad. 

Me estaba violando y por más que me negué a sentir placer,  no podía enviarlo.

¿Sería un castigo divino por no haber ayudado a más gente? ¿Me lo merecía?

Estaba claro que no era cuestión de merecer,  era cuestión de culpas y yo la tenía.

Debí haber corrido mas rápido el día de mi boda para que él no me atrapara.  Pero lo hizo y allí empezó todo.

Yo debí correr,  alejarme. Total... no tenía nada que perder si mis padres y hermanos no me querían que podía pasar.

Pero el convento estaba en una propiedad de Ryan y no podía utilizar mi dinero hasta estar casada o que hubieran pasado dos años desde mi mayoría de edad.

Por eso regresé y antes de entrar en la capilla,  mi madre, en un lugar apartado, me reclamó y golpeó en las partes no visibles de mi cuerpo.

Me culpaba por ser tan estúpida.

- Te amo- sentí que salía un poco de mi cuerpo y lugo volvía a entrar.  No se sentía mal. Pero no era algo que yo quisiera.  Detestaba lo que estaba pasando.

- Déjame...- sollocé tratando de alejarlo.  Me revolví contra él y onduló sus caderas dando en un lugar en mi interior que me causó mucho gozo-. ¡ Ahhh!- grité y lo vi sonreír mientras me montaba sin descanso.

- Lo encontré- dijo emocionado y me besó.  Lo mordí y él gimió. 

Mi cuerpo estaba como si tuviera vida propia y me desobedecía. Quería alejarlo. Dejar de sentir eso que sentía en mi interior.

-Tu coño se siente muy bien- jadeó a mi oído-. No te resistas. Déjate llevar y mueve tus caderas - pidió besando mis pechos y moviendo las caderas mucho más rápido.

Miré al techo y era de espejos.  Lo veía claramente empujar dentro de mi. Y luego se quitó de encima de mi y pude apreciar la unión de nuestros cuerpos.  Por más que quise negarlo, fue una visión muy candente. Su pene entraba en mi cuerpo sin descanso y las increíbles sensaciones que consumían mi cuerpo me llenaban de mucho placer.

Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©Where stories live. Discover now