Capítulo 6: Comprendiendo al Sátiro.

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Después de que Ryan me contara sobre esa etapa tan triste de su vida, me abrazó. Me retuvo entre sus brazos y por fin comprendí su proceder, sus miedos y su búsqueda de estabilidad.

Ryan había sufrido mucho y amaba tanto a nuestro bebé que prefería ser un buen padre y dedicarse a él que vivir con miedos e inseguridad descuidando así a su hijo.

Él deseaba poder cuidarlo sin problemas y sin perder la cabeza por culpa de un miedo tan arraigado que no podría controlar y lo haría perder toda estabilidad y control.

Ahora que lo pienso bien, Ryan y yo tuvimos culpa en el fracaso de nuestra relación.

Él por sus celos y yo por mi falta de interés.

Ahora que rememoro, nunca le pregunté como se sentía, como le iba en el trabajo, nunca me preocupaba por su ropa ni por atenderlo cuando llegaba del trabajo. Nunca hice un intento por saber de sus cosas ni le llamé. Todo fue unidireccional.

Nunca le brindé estabilidad.

Fui egoísta.

Dicen que amar va ligado de pequeñas acciones que hacen que la persona se sienta amada.

Yo sólo me quejé, lo dejé y fui un cuerpo que sólo lo satisfacía físicamente.

Nunca le aporté a nivel emocional.

Nunca le di motivos para creer que me quedaría.

Él me abrazó mientras dormía y me prometí ser la mejor esposa del mundo. Procurarlo.

De seguro que si yo le brindaba más a nivel emocional, él no tendría celos ni miedos.

― Te amo - besé sus labios y lo vi sonreír quedamente.

Era el hombre que me hacía feliz.

Con el único que quería compartir mi vida.

Acomodé mi cabeza sobre su pecho y reí cuando sentí a un pequeño monito trepar por mi cuerpo.

Mi bebé.

― Te contó ¿verdad? - preguntó Evangeline, la madre de Ryan. Me aparté un poco, con cuidado de no despertarlo y me puse de pie, llevando a James conmigo. Salimos de la habitación y mi monito seguía abrazado a mí. No me quería soltar.

―Mami, mía - bufé y lo apreté mucho más.

― Jimmy, mío - besé repetidas veces su mejilla y él rio. Evangeline me siguió hasta el salón y nos sentamos en unas poltronas que habían una al lado de la otra.

Dejé a James en el suelo, jugando con sus cochecitos, tenía el cabello largo y eso era porque Ryan no quería cortárselo, sus ojos eran una mezcla de los de Ryan con los mios. Su cabello era de un color castaño claro, casi rojo, nariz respingona bañada de pecas.

―Si, me lo contó todo y es demasiado, demasiado. Yo no me puedo imaginar el dolor que él sintió porque de solo pensarlo me pongo enferma - mi voz sonó ronca.

―Fue un golpe muy fuerte para nosotros. Por más que no aprobaramos a esa mujer, Andrea era nuestro centro. Cuando entramos a verla, no lo resistí. Fue demasiado impresionante. Ryan estaba inconsolable. Nada lo consolaba. Intentó suicidarse varias veces y no lo logró porque llegaban su padre, sus hermanos o yo. Fue terrible ver a mi hijo destrozado y sé que ni siquiera le importaba la muerte de la madre de Andrea, no, a él de dolía solo por su pequeña- dijo llorando.

― Yo... amo mucho a Ryan y sé que me detestas por dejarlo y ahora lo comprendo, pero yo nunca le quitaría a James. Él es un gran padre y adora a nuestros hijos - dije llevando una mano a mi vientre y observando bien a James.

Serie Inocente #2: Pervertida Inocencia©Where stories live. Discover now